Vecinos dicen que las macrogranjas contaminan A Limia y la Xunta no actúa "por el poder de Coren"
Representantes de la Plataforma Vecinal ‘Auga Limpa xa!' y el Sindicato Labrego Galego (SLG) radiografían para Galiciapress la situación actual en A Limia, donde se concentran la mayor parte de las granjas en intensivo de Galicia y cuya sostenivilidad ambiental pende de un hilo desde hace años. Los vecinos relatan los problemas que este modelo de ganadería ha provocado tanto en sus terrenos como en su salud, a la vez que responsabilizan a Coren, principal cooperativa agroalimentaria de España, de esta situación: "Desde ningún gobierno toman medidas, hasta que ya sea muy tarde".
Las declaraciones del ministro de Consumo Alberto Garzón cargando contra las macrogranjas han provocado un alud de reacciones en torno a un debate en el que se han radicalizado las posturas entre defensores y detractores de este modelo. Galiciapress charla con ganaderos, asociaciones ecologistas y sindicatos en esta serie de reportajes para conocer las dimensiones de este problema que en Galicia ha provocado el cierre de pequeñas explotaciones y una grave crisis ecológica.
Representantes de la Plataforma Vecinal ‘Auga Limpa xa!' y el Sindicato Labrego Galego (SLG) radiografían para Galiciapress la situación actual en A Limia, donde se concentran la mayor parte de las granjas en intensivo de Galicia y cuya sostenivilidad ambiental pende de un hilo desde hace años.
Los vecinos relatan los problemas que este modelo de ganadería ha provocado tanto en sus terrenos como en su salud, a la vez que responsabilizan a Coren, principal cooperativa agroalimentaria de España, de esta situación: "Desde ningún gobierno toman medidas, hasta que ya sea muy tarde".
Pantano de As Conchas contaminado por las cianobacterias | Foto: Ecoloxistas en acción
El calor aprieta en Ourense cada mes de agosto. El sol estival es inmisericorde con los habitantes de la única provincia gallega que no tiene costa, donde se las apañan como buenamente pueden para combatir el sofoco. Lo suyo sería un bañito, pero para los vecinos de Bande, Lobeira y Muiños no es una opción, porque darse un chapuzón en las aguas de la zona es un riesgo que nadie quiere correr. El verdín coloniza las principales masas de agua del entorno y su procedencia no es de origen natural, sino que la mano del hombre está detrás de este desastre ecológico. Las macrogranjas, tan en boca de todos desde las declaraciones del ministro Alberto Garzón para The Guardian, son las que se esconden detrás de la contaminación de los acuiferos de A Limia, donde llevan combatiendo este modelo desde mucho antes de la llegada de Garzón al Ministerio de Consumo.
En A Limia no esconden su sorpresa ante esta polémica, ya que consideran probado que la calidad de la carne producida en extensivo es superior a la de macrogranjas. “No dijo nada nuevo el ministro Garzón”, comentan perplejos, al tiempo que piden apoyo para las explotaciones familiares, extensivas y sostenibles, un modelo que cuenta con el impulso de los miembros de la Unión Europea y mucho menos dañino para una comarca al borde de una catástrofe medioambiental -si es que no viven inmersos ya en una-.
Un debate que, desde la Plataforma Vecinal ‘Auga Limpa xa!’ no pueden sino considerar interesado. “Con este debate generado, con muchas mentiras, se muestra bien el gran poder del lobby de la industria cárnica. Los beneficios de las granjas intensivas no quedan para los ganaderos, van a parar a grandes empresas. No dejan puestos de trabajo ni riqueza en el territorio que se instalan, el rural solo sufre los malos olores, y la contaminación de la tierra y del agua que provocan los residuos de esta industria, que no ganadería”, lamentan.
En términos parecidos se expresan desde el Sindicato Labrego Galego (SLG), que ve en el sector crítico con Garzón “muy poco de preocupación real por la gente ganadera, buscando, por ejemplo, soluciones para los graves problemas de subidas de costes de producción y de precios bajos que tenemos en este momento, o cómo incentivar una alimentación saludable o que carnes de gran calidad como las que producimos lleguen a las personas consumidoras diferenciadas y con precios dignos”.
“Hay mucho, por el contrario, de tapar otros asuntos como casos de corrupción, de hacer campaña electoral manipulando al electorado o dirigir el debate para estos temas, y no sacar las medidas de apoyo que precisa el sector. Defienden las macrogranjas y sacan las fotos con los animales en los pastos para confundir todo y manipular la opinión pública”, dice Isabel Vilalba, Secretaria Xeral del SLG.
GOBIERNOS CALLADOS POR EL PODER DE COREN
Es aquí, en A Limia, donde encontramos algunas de las macrogranjas más grandes y contaminantes de Galicia. En torno a 400 explotaciones son extensivas, pero desde la organización precisan que es un número que debe cogerse con pinzas por la opacidad de la Xunta al respecto. No obstante, y si bien es a la administración encabezada por Feijóo a la que hay que exigir cuentas, los problemas en A Limia son muy anteriores al mandatario, ya que hay que remontarse a 1998, a Fraga como presidente de Galicia, para encontrar los primeros contratiempos graves con la gestión de los residuos.
La oposición de los vecinos desde entonces es ferviente, aunque esto parece no trasladarse a las administraciones locales. Los grupos ecologistas lamentan que, si bien algunos gobiernos municipales “están más sensibilizados con la problemática”, la tónica general es “no mojarse”, en gran medida por el poder de Coren, un importante activo en la economía gallega que al año factura en torno a mil millones de euros.
Protesta de la Plataforma Vecinal ‘Auga Limpa xa!’ en 2019
“Tiene mucho poder y desde ningún gobierno toman medidas, hasta que sea ya muy tarde”, lamentan los miembros de ‘Auga limpa xa!’. Sin medias, las consecuencias medioambientales son incalculables por el efecto de los purines en A Limia. “Es como si la mitad de la población viviese en el 1% del territorio y sus residuos no se depurasen”, explican los ecologistas. El equivalente a confinar a 1.300.000 personas en Santiago de Compostela.
Vilalba tampoco disimula que el modelo de Coren resulta perjudicial tanto medioambiental como competitivamente hablando, ya que supone un inconveniente para los pequeños productores. “El modelo de Coren y otras empresas integradoras maximizan el beneficio económico, buscando la cría de animales en el menor tiempo posible, cerrar el ciclo tanto con la compra de los animales como con la venta de todos los insumos a las personas productoras, a las que se les imponen tanto los precios como el resto de condiciones tanto en la producción como en la comercialización”. “Este modelo industrial no atiende para nada cuestiones como la gestión del territorio y de sus recursos, y en ocasiones ni siquiera da respuesta a la cantidad de residuos que originan”, reprenden desde el sindicato.
"SEGUIMOS ESPERANDO POR LA PLANTA DE TRATAMIENTO QUE PROMETIÓ COREN"
De la mala gestión de estos desechos también responsabilizan tanto el sindicato como los ecologistas a Coren, que al igual que provee a sus ganaderos en infraestructuras, “debería facilitarles también el procedimiento para tratar los residuos que provocan”.
“Seguimos esperando por las plantas de tratamiento de purines que Coren prometió. Y así, sin una gestión de residuos acomodada, toneladas de purines acaban desparramadas sin control en parcelas y montes"
“Seguimos esperando por las plantas de tratamiento de purines que Coren prometió. Y así, sin una gestión de residuos acomodada, toneladas de purines acaban desparramadas sin control en parcelas y montes, la tierra no es capaz de absorber tal cantidad de abono y va a parar a nuestros acuíferos contaminándolos con nitratos”, denuncian.
Un camión se deshace de residuos en un campo | Foto: @augalimpa
De igual manera, Vilalba incide en la “urgencia” de este problema provocado “por la coincidencia en esta comarca de muchas explotaciones intensivas esencialmente de porcino y de aves, y que se legisle para que estas problemáticas no ocurran en ninguna otra comarca”.
"HAY GENTE QUE BEBE DE ESTOS POZOS"
La Confederación Hidrográfica Miño-Sil ya advirtió en el pasado que en algunas zonas, como las inmediaciones de la laguna de Antela, la concentración de nitratos alcanzan los valores máximos permitido por la Unión Europea. “Hay gente que mismo bebe de estos pozos sin analizarlos antes. Esto es un peligro para la salud pública”, alertan. La Confederación también puso en marcha el proyecto ‘Life Regenera Limia’, que si bien realizó algunas acciones, sus resultados “no fueron los esperados” con un problema que “continúa” y “agravado”, lamentan los vecinos.
La contaminación de las aguas es más evidente, si cabe, en el embalse de As Conchas, donde el color verde de las cianobacterias, además del olor pestilente de sus aguas, son buenos indicadores de que el agua del pantano no puede usarse para consumo o baño. La fauna hace tiempo que huyó de la ponzoña, que cada cierto tiempo es catalogada como nivel 3 de contaminación, el más alto de la Xunta. Son tan peligrosas estas cianobacterias que algunos estudios incluso relacionan su exposición a algunos tipos de cáncer y otras enfermedades, como apuntan desde el SLG.
Todo esto ocurre en el entorno del Parque Natural do Xurés. ¿El origen de este desastre medioambiental? La respuesta le encontramos, de nuevo, en la ganaderia industrial de A Limia, algo que reconocen las propias administraciones públicas.
“También la Xunta partió del reconocimiento de esta ‘contaminación difusa de las aguas por nitratos y fosfatos debido a la gestión actual de los subprodutos de las explotaciones ganaderas’ para echar a andar la Mesa de la Limia”, comentan desde la plataforma, al tiempo que indican que este organismo, impulsado por Medio Rural y que convoca a “todos los agentes sociales para buscar un plan estratégico del sector agrario de A Limia” se encuentra “parado”.
Pero no es el único punto negro de la zona: “El Ministerio de Transición Ecológica reconoció la existencia de cuatro puntos; dos en Xinzo, uno en Trasmiras y otro en Sandiás en riesgo de contaminación por nitratos de origen agraria”.
NO HAY ZONAS VULNERABLES EN GALICIA
Pese a todo, y si bien es un problema de sobra conocido y por el que Bruselas llamó a capítulo recientemente al Gobierno de España, por ahora nadie ha tomado cartas en el asunto, según indican desde la plataforma, que no tiene constancia de cierre de granjas en A Limia por mal proceder. De hecho, la zona ni siquiera está catalogada como “vulnerable” por el Gobierno central ni por la Xunta. No hay ni un solo punto de Galicia con esa etiqueta pese a las evidencias. La Comisión Europea ya ha instado a Moncloa a corregir ese vacío.
Y las sanciones en todo caso son escasas, más allá de algún mirlo blanco como la sentencia del TSXG que ordena paralizar la ampliación autorizada por la Xunta de una gran explotación en Rairiz de Veiga. “Pero estas sentencias por desgracia no son muy comunes. Muchas denuncias que hemos presentado ya no pasan los primeros trámites”, censuran los ecologistas, que día a día ven su entorno un poco más verde. Pero no un verde esperanza, de ese que cubre valles y montañas, sino un verde de cenegal, del que mata y sepulta comarcas enteras poco a poco, poco a poco, hasta que, como dicen los vecinos, "sea ya muy tarde".
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