Un nuevo estudio científico, publicado por la prestigiosa revista Nature, triplica la subida del mar debido al cambio climático. De hecho, unos 300 millones de personas viven hoy en zonas en riesgo de quedar bajo las aguas en 2050, de proseguir el actual ritmo de calentamiento global. Galicia, lógicamente no se salva. Por poner cuatro ejemplos, los mapas previstos para Vigo, A Coruña, O Grove o a Illa de Arousa son, simplemente, alarmantes.

ASÍ AFECTARÁ EL CAMBIO CLIMÁTICO A LA COMARCA DEL BARBANAZA 

"Nuevos datos de elevación triplican la estimación de la vulnerabilidad global respecto a la subida el mar y las inundaciones costeras" se titula la investigación publicada por la más importante de las cabeceras científicas del mundo.

¿ALARMISMO?

Los autores, con la ayuda de la organización de divulgación científica Climate Central, trasladaron sus hallazgos a un mapa, lo que permite visualizar facilmente la magnitud de la potencial catástrofe. Por defecto, el mapa muestra la subida del mar en 2050 si se mantienen dos variables. La primera, el nivel de contaminación de gases de efecto invernadero. La segunda, el actual ritmo de deshielo en los polos. 

Es decir, en principio, la imagen presentada no es una hipótesis alarmista. Es, simplemente, lo que nos dicen los científicos que va pasar en unas décadas si no reducimos ya drásticamente  las emisiones de C02 y otros gases contaminantes.

Solo en España, 200.000 personas viven en zonas en peligro. Grandes áreas, como por ejemplo todo el Delta del Ebro, van camino del fondo del mar.

¿Y en Galicia? El panorama no es nada halagüeño para una autonomía cada vez más dependiente del turismo. Es más, algunos lugares pueden sufrir cambios verdaderamente dramáticos.

A CORUÑA

La urbe herculina va camino de perder dos de sus principales motores económicos, el tráfico portuario y el turismo playero. El mar se comería toda la zona portuaria, donde está la refinería de Repsol, además de los muelles de Calvo Sotelo y parte del de la Batería y del de Trasatlánticos.

La playas de la Ensenada de Orzán desaparecerían casi por completo, unicamente resistiría la parte central de la Praia de Riazor. Algo que no es sorprendente, pues los temporales invernales suelen inundar el paseo marítimo en la actualidad, obligando a levantar dunas artificiales para frenar las olas. El Castelo de San Antón estaría en una isla e incluso habría que reformar le Dique de Abrigo Barrié de la Maza para que fuese operativo y el mar no batiese aún más la ciudad.

VIGO

Otro tanto le pasaría a la capital olívica. Prácticamente todos los muelles que durante décadas se le han ganado al mar volverían a los dominios de Neptuno. 

Otra de las zonas más afectadas sería la de Samil y la desembocadura del Río Lagares. Las olas invadirían no solo la más famosa de las playas viguesas, sino que también se adentrarían por la desembocadura del Lagares varios kilómetros. De hecho, la zona anegable llegaría casi hasta las puertas de la factoría de PSA Peugot Citroën en Balaídos. Eso si, la urbe vería solventarse por si solo uno de los mayores iconos del feísmo gallego. La Isla de Toralla, con su gran edificio, quedaría debajo del nivel del mar.

ILLA DE AROUSA

La más poblada de las islas gallegas perdería en 2050 la mitad de su territorio y volvería a quedarse sin conexión terrestre. Y es que la península donde parte el puente que la une con el resto de Arousa desaparecería, al igual que toda la parte sur de la isla, donde están sus mejores playas y el espacio natural protegido de O Carreirón. 

A Illa de Arousa, de hecho, pasaría a ser tres islas. Una al norte, pues el itsmo donde está el principal puerto y parte del núcleo urbano desaparecería. La principal, sin casi ninguna de sus playas y un diminuto islote en O Carreirón, en el sur.

O GROVE - A LANZADA

La previsión de los científicos para 2050 indica que la más visitada de las playas gallegas desaparecería si seguimos el actual ritmo de calentamiento global. La Praia da Lanzada, su itsmo  y la zona intermareal -un espacio protegido debido a su riqueza en aves- quedarían ocultas bajo el océano. 

La subida del nivel del Atlántico convertiría a O Grove en una isla. La península vería mermado su potencial económico a desaparecer el Porto de Meloxo y todos sus muelles. A Illa de A Toxa necesitaría un puente mucho más largo y la motivación para construirlo sería menor, pues tanto el Casino como gran parte del puerto deportivo serían pasto de la Ría.