Con esa hoja de ruta se ha presentado Tamara ante los medios y ante el gran público como lo que es: la víctima, la engañada, la estafada, la que pudiendo actuar con despecho decide mantenerse más digna que nunca y salir en ‘El Hormiguero’ o en el ‘¡Hola!’ como la paladina de todos los astados, que no somos pocos, y como la iluminada de Dios, la ciega que ahora ve, cuyo designio no fue transmitido por una zarza ardiendo, sino por el último Burning Man, que para el caso es lo mismo.