La sentencia condena a Miguel Ángel Muñoz Blas a 20 años por asesinato y tres más por robo con violencia, además de una indemnización de 120.000 euros a los padres de la víctima y 30.000 al hermano.
Consideran que golpeó a Denise Pikka causándole la muerte, le amputó ambas manos, la enterró y le robó el dinero que llevaba encima.
Alega que llegó por confusión a la finca que Miguel Ángel Muñoz Blas posee en Castrillo de los Polvazares, tras haber seguido flechas falsas del Camino de Santiago.
No obstante, coinciden en la "inverosimilitud" de que las manos se perdieran como consecuencia de su putrefacción.
Dicen que no hay nada "a destacar en cuanto a su agresividad" y que confesó el asesinato de la peregrina porque su tapadera era "inverosímil".