Muface en la cuerda floja: incertidumbre sanitaria ante las dudas de Asisa

El futuro de la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (Muface) sigue sin resolverse a medida que se acerca el vencimiento del actual convenio, programado para mediados de enero. Con más de 1,5 millones de funcionarios y beneficiarios en juego, el Ejecutivo ha redoblado sus esfuerzos en busca de acuerdos con las aseguradoras para garantizar la continuidad de la asistencia sanitaria. Sin embargo, la crisis se agrava: mientras algunas compañías se retiran, solo Asisa parece mantener la puerta abierta, aunque sin confirmar su participación definitiva.

El Gobierno ha ofrecido una mejora sustancial de las primas, elevando la inversión sanitaria a 1.208,81 euros anuales por usuario, lo que supone un incremento del 33% en tres años. Esta propuesta busca hacer más atractiva la licitación tras el rechazo inicial de varias aseguradoras. No obstante, fuentes del sector advierten que, incluso con esta mejora, el modelo actual podría estar en peligro.

Un panorama incierto para el sector asegurador

El desinterés de aseguradoras como Adeslas y DKV complica aún más el panorama. Ambas compañías han argumentado que las primas ofrecidas no compensan las pérdidas que acarrearía asumir el convenio. Según Adeslas, las condiciones actuales les supondrían una pérdida de 250 millones de euros en tres años, mientras que DKV estima unas pérdidas de entre 70 y 100 millones de euros.

Por su parte, Asisa analiza detenidamente los términos del acuerdo. Aunque valora quedarse con la totalidad del negocio, que asciende a 4.500 millones de euros por tres años, aún no ha confirmado su participación. Fuentes internas señalan que tomará una decisión en los próximos días, ya que el plazo para presentar ofertas expira el 15 de enero.

¿Un modelo en peligro?

Para ganar tiempo, el Gobierno ha prorrogado el convenio actual hasta febrero de 2025 mediante la Ley de Contratos del Sector Público. Si no se alcanza un acuerdo, se baraja una prórroga de nueve meses con las mismas condiciones actuales, lo que muchos expertos consideran un paso hacia el desmantelamiento del modelo Muface tal y como se conoce.

Esta situación ha encendido las alarmas entre los funcionarios, quienes denuncian demoras en citas médicas y la paralización de servicios esenciales. Además, algunos sindicatos han comenzado a organizar movilizaciones para defender el modelo y exigir una solución inmediata.

El impacto en el sistema público de salud

El desenlace de esta crisis no solo afecta a los mutualistas. Si el modelo Muface colapsa, el sistema público de salud podría verse obligado a absorber a estos 1,5 millones de usuarios en toda España, lo que supondría un desafío logístico y económico significativo. Mientras tanto, la incertidumbre continúa, y todas las miradas están puestas en la decisión final de Asisa y en las negociaciones del Gobierno.

Con el tiempo en contra y la presión en aumento, el futuro de la atención sanitaria de miles de familias depende de un consenso que, por ahora, parece lejano.