El magnate del litio y tierras raras

¿Por qué la Xunta de Galicia gestiona la reactivación de 51 minas en Galicia con la licencia caducada? “El gobierno de Alfonso Rueda publicó medio centenar de concursos de derechos mineros con permisos caducados que permitirán abrir las explotaciones una vez concluya la fase de análisis e investigación del suelo”. Así nos despertamos con un titular de prensa. ¿Es Rueda un ignorante ante esta problemática? 

Estamos en una etapa en la que el cambio climático es uno de los problemas ambientales más graves de los últimos siglos. Este fenómeno que sucede de forma natural, se vio empeorado por la acción humana. La herramienta más eficiente para combatir el cambio climático somos nosotros, algo que los políticos que nos representan en la mayoría de las instituciones no tienen muy claro. Ser ignorante o aparentar serlo en la actualidad puede dar buenos réditos. Para Donald Trump, por ejemplo, la ignorancia fue una ventaja. Muchos de sus partidarios se identifican con él por su falta de conocimiento y su poca vergüenza al respecto, eso parece ser la temática que aplica el PP gallego de la mano de su responsable Alfonso Rueda.
 

Señor presidente, ¿la tierra es más valiosa que el todo poderoso don dinero? En todo este entramado que nos está montando el presidente de la Xunta, la clave está en la presencia de “minerales de tierras raras” que es muy abundante en Galicia. El litio y las tierras raras pronto serán más importantes que el petróleo y el gas, solo nuestra demanda se quintuplicará de aquí a 2030, por lo que nuestros gobernantes no están por la labor de evitar volver a ser dependientes, como nos ocurrió con el petróleo y el gas. Esta reactivación del sector minero en Galicia entre los principales impactos que puede originar se encuentran: la destrucción de la corteza terrestre, la contaminación de las aguas, el daño a la flora y fauna del entorno próximo a la explotación minera y los efectos negativos en la salud humana de las poblaciones próximas a este tipo de minas. 

Las personas que ingieren alimentos o agua contaminada con mercurio pueden padecer los siguientes síntomas: daños renales, problemas reproductivos, artritis, pérdida de la memoria, casos de demencia y mismo la muerte. Ante todo esto deberíamos aplicar el principio de «quien contamina paga» que es uno de los principios clave subyacentes a la política medioambiental de la Unión Europea (UE). La aplicación del principio implica que el contaminador sufrague los costes de su contaminación, incluso los de las medidas adoptadas para prevenir, controlar y reparar la contaminación y los costes que supone para la sociedad. 

Al aplicar este principio se incentiva a quienes contaminan a evitar el daño medioambiental, y se les obliga a asumir la responsabilidad por la contaminación que generan. Así, además, es quien contamina, y no el contribuyente, quien paga el coste de la reparación. Los políticos deberían tomar responsabilidad por sus acciones, por ejemplo, renunciando a sus puestos. Nosotros somos la herramienta para combatir el cambio climático.