El verano y todo lo que conlleva

Una puesta de sol a las 22:15 horas. El indisoluble olor a sardinas asadas en las manos. Echar la siesta con el Tour de Francia de fondo. Un paseo en kayak por el lago. Los coches de choque en la fiesta del pueblo. Un trocito de sandía fresca. Abrazar a un vecino con otro gol de España. Tirar a tu primo a la piscina. Ver Los Simpson antes de comer. Unas cervezas en el chiringuito junto al mar. Cine al aire libre. Salir a correr por la mañana temprano, antes de que el sol derrita el asfalto. Esa chica a la que solo ves en vacaciones. Visitar las Illas Cíes. Un día de festival, de música y de borrachera. Las chispas de una hoguera en la playa. Bajar la ventanilla del coche y sacar el brazo por fuera. Una sandalia rota. Regalar un imán de tu último viaje. Un cachopo con los muchachos. Espantar una mosca cojonera. La final del tiro con arco en los Juegos Olímpicos. Un beso debajo del escenario de la orquesta en la verbena. Volar. La boda de tu mejor amigo. La luz de una luciérnaga. Comer un micolápiz con tu sobrino. Un globo de agua volando desde una ventana. Botellón en la plaza. Tu novia con un vestido de flores. Un selfie con las niñas. La misma discomóvil del año pasado. Cenar mirando al océano. Tomarte un vino blanco y picar queso con anchoas. Pantalones cortos. Encender la barbacoa. La marca del bikini sobre el moreno. Arena en las pantorrillas. Una Cocacola con hielo. El olor a jazmín al atardecer. Una olla burbujeante para hacer pulpo á feira. Un corte de pelo perrón como el del Serresiete. Escapar de una avispa. Recoger el primer tomate del huerto. Conseguir un peluche en la feria. Meter un pie en el agua helada del río. Leer un libro en la hamaca. El cubo y la pala. Comprar un melón y que salga bueno. Descubrir un osasis libre de guiris. Contar en alto lo que has soñado esa noche. Pasar una resaca tremenda pegado al ventilador. Café con tus suegros. El Grand Prix. Una canción de Aitana en la radio. Preguntarse dónde está la neverita azul. El nuevo fichaje del Celta. Una sombrilla que sale disparada por el viento y a punto está de empalar a un bañista. Follar de madrugada con la ventana abierta. Una insolación. El centro de salud abarrotado por la falta de médicos. Un incendio forestal. Las estaciones llenas de turistas furiosos exigiendo el rembolso del billete que no podrán usar porque se ha cancelado el tren. Que se agote justo esa camisa en las rebajas. Una ola de calor. Camas de hospital cerradas. Puigdemont. Las colas kilométricas de estudiantes ante las inmobiliarias para no quedarse sin piso el próximo curso. Una mujer asesinada. El recibo para pagar el aire acondicionado. Ayuso soltando cualquier chorrada. Un perro abandonado por sus dueños antes de irse de vacaciones. Joderte de frío porque no has sacado la chaqueta. Otro incendio forestal. Otra mujer asesinada. Y otra. Puigdemont de nuevo, ahora con lentillas. Bomberos mal pagados. Las lágrimas de un chaval que no puede estudiar la carrera que le gustaría. Una riada por una tormenta repentina de verano que arrasa un pueblo. Los días sin buenas noticias. Gritos racistas en el partido de Brasil. Fodechinchos. Amañar el concurso para contratar socorristas. Un ERE. La ultraderecha ganando las elecciones en Francia. Una vigilia por el asesinato de Samuel Luiz. El repartidor de Glovo pedaleando para subir una cuesta a las 12 del mediodía. La picadura de una abeja. La abuela que este año tampoco verá el mar por primera vez. Ni a sus nietos. El enésimo incendio forestal. La instalación de las luces de Navidad de Vigo. 

El verano. Y todo lo que conlleva.