No pasa día sin que las derechas extremas (PP/VOX) y sus apoyos no pongan de manifiesto su muy particular concepto de la democracia (“la democracia es móvil”). Así, visto que los resultados de las últimas elecciones generales no coincidieron con sus expectativas de lograr una mayoría absoluta parlamentaria, deciden reclamar su derecho natural a formar gobierno por ser la fuerza más votada al tiempo que acusan al PSOE y a Sumar de querer subvertir la voluntad mayoritaria. De esta forma, para estas no cuenta que según la Constitución Española es el Congreso de los Diputados quien “otorga la confianza...al candidato propuesto por el Jefe del Estado” que a continuación deberá ser nominado Presidente por aquel (Art. 99). Posteriormente, los demás miembros del Gobierno serán también nombrados por el rey a propuesta del nuevo Presidente (Art.100). Queda, por tanto, muy claro que es el Parlamento, como resulta preceptivo en una democracia parlamentaria, quien elige al Gobierno de turno.
Aunque el mandato constitucional está muy claro y que las cuentas no le dan al Partido Popular, su portavoz, el señor Núñez Feijóo, declara estar dispuesto a concurrir a una investidura pues el señor Sánchez “tiene menos apoyos”. Una posición política que resultaría razonable y legítima si no fuese acompañada de argumentos que, una vez más, dejan en evidencia el concepto totalitario que tienen de una democracia parlamentaria. Así, y por boca de la señora Cuca Gamarra, secretaria general del PP, critican al PSOE y a Sumar por su negativa a facilitar un gobierno minoritario del Partido Popular y por “no reconocer que perdieron las elecciones”. Remachando esta acusación con otra aún más extravagante de que “los únicos países donde no se reconoce a quién gana son aquellos en los que las elecciones no son transparentes”.
Como podemos comprobar las derechas extremas españolas no cesan de utilizar las mentiras y las postverdades para intentar justificar sus ambiciones políticas aun cuando estas no sean refrendadas democráticamente. Así, vuelven a ignorar deliberadamente que en una democracia parlamentaria como la española la elección de Presidente precisa en primera votación del voto “de la mayoría absoluta de los miembros del Congreso de los Diputados” (Art.99.3) o, en segunda votación “de la mayoría simple” (Art. 99.3). En definitiva que, como señalaba antes, el Congreso de los Diputados es quien inviste al Presidente y a su gobierno. Un principio democrático que posibilita que en muchos casos no gobierne el partido más votado. Así sucede en muchos estados de la Unión Europea como, por caso, en Bélgica, República Checa, Suecia, Eslovaquia, Irlanda, Chipre y Luxemburgo, aunque en realidad el mandato político de que gobierne el partido más votado no existe en ningún estado europeo. ¿Resultaría entonces que en ninguno de estos estados “las elecciones son transparentes”?
Un argumento que roza la desfachatez cuando se acompaña de conductas políticas totalmente contrarias a lo que se predica como está sucediendo en muchas autonomías y ayuntamientos donde el Partido Popular (PP) no tiene reparos en acceder al gobierno (Extremadura, Castilla y León, Aragón, País Valencia, Cantabria, Canarias, Baleares...) bien sin ser el partido más votado bien sin tener la mayoría parlamentaria suficiente por lo que precisó del apoyo de VOX y/o de otras fuerzas regionalistas.
Con esta estrategia filistea están preparando el terreno para si, por caso, el gobierno anterior (PSOE/UP) repite mandato (PSOE/Sumar) gracias a un amplio apoyo parlamentario, acudir de nuevo a su deslexitimación (“gobierno ilegítimo”) y descalificación (“gobierno Frankstein”) para lo cual volverán a contar con el apoyo tanto de caverna mediática cómo de la homóloga judicial. Así, esta última ya está anticipándose en el intento de impedir que se forme esa mayoría parlamentaria: la Sala de vacaciones del Tribunal Constitucional (dominada por los magistrados conservadores: 2 a 1) viene de aprobar no admitir a trámite el recurso presentado por el expresidente de la Generalitat de Catalunya, señor Puigdemont, contra la orden de detención dictada contra él. Una actuación alevosa (la primera vez que el TC no admite un recurso) y nocturna (ausencia, por vacaciones de la mayoría de los magistrados del TC) que tiene como objetivo encubierto provocar un enfrentamiento entre JuntsxCat y los partidos que quieren formar un gobierno de progreso (PSOE/Sumar) tal que aquellos le nieguen a estos el apoyo parlamentario necesario para repetir mandato.
Comportamientos propios de derechas extremas para las que “la democracia es móvil cual pluma al viento”.
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