“Si la izquierda no es quien de construir unidades
no podrá defenderlos intereses de los postergados” (José Mujica)
Dado el escaso tiempo transcurrido resulta imposible hacer un balance adecuado del resultado de las elecciones celebradas este domingo. Así, y por caso, no conocemos cómo será la composición definitiva de los distintos gobiernos locales y autonómicos que nos dirán cómo queda realmente el escenario político gallego y español. A pesar de eso, algunas tendencias y resultados parecen bastante claros como, por caso, para concluir que estamos delante de una victoria contundente de las derechas españolas (PP/VOX).
Quiero comenzar reconociendo que no me esperaba estos resultados. Por caso, que el partido más corrupto de Europa (PP), que además cuenta con una dirección enormemente mediocre (Feijóo, Ayuso), haya logrado resultados tan espectaculares. Como tampoco que los partidos (PSOE, UP) que dirigen el gobierno español que más lleva hecho por las mayorías sociales en la historia de la democracia hayan recibido tal castigo. En fin, parece que para no pocos ciudadanos tienen más importancia las reyertas entre los partidos que gobiernan (normales en todas las democracias) que, por caso, la subida del SMI, de las pensiones, de las ayudas a los más desfavorecidos, etc.
Hay un dato que a este que escribe le parece muy preocupante pero del que apenas se habla: la baja participación (63%: la cuarta más baja de la democracia). Se me dirá que fue ligeramente superior a la de las anteriores elecciones municipales, pero digo que sigue siendo muy baja. Una participación que contribuye de forma importante a que los ayuntamientos en España, y en Galicia, excepto los casos más relevantes, sigan manteniendo un perfil político muy bajo, lo que consolida viejos déficits democráticos.
En relación a las tendencias parece evidente que los resultados apuntan a que España se quiere sumar a la corriente mayoritaria en Europea de ascenso de las derechas extremas, de las fuerzas totalitarias. Unas derechas (PP/VOX) que tuvieron un espectacular incremento de votos (superior a los dos millones) pero que en la gran mayoría de los casos para gobernar tendrán ahora que pactar entre ellas.
Un fortalecimiento que va en claro perjuicio del gobierno español de turno (PSOE/UP) que pierde bastantes plumas en estas elecciones municipales y autonómicas. ¿Cómo es posible que el gobierno que más lleva hecho por las mayorías reciba este castigo? Las razones del mal resultado pueden ser varias y que cada quien las ordene como quiera. Resulta indiscutible que la brutal ofensiva que desde el primer día de gobierno pusieron en marcha las derechas españolas (políticas, económicas, judiciales y mediáticas) contra este gobierno y muy especialmente contra el partido minoritario (UP) está dando sus frutos. Un gobierno que tuvo que trabajar en unas condiciones sumarísimas (pandemia de la COVID-19, guerra en Ucrania, crisis inflacionista) que afectaron psicológica y materialmente a no pocos ciudadanos y que al propio gobierno le condicionó en sus políticas. En este marco, y como ya había escrito, los partidos del gobierno mostraron, con sus reyertas públicas, una imagen de división e inmadurez que a muchos votantes no les gusta y que por tal razón castigan. Finalmente está el factor anteriormente señalado: la fortísima corriente conservadora, totalitaria, que invade a Occidente y que ahora también afecta a España. He ahí el gran ascenso de VOX. En este contexto aparece como muy claro que el PSOE, y en especial su secretario general Pedro Sánchez, equivocó la estrategia al convertir estas elecciones en una suerte de plebiscito sobre el gobierno de turno. Un plebiscito que perdió claramente. También aparece como bastante claro que los partidos del gobierno español (PSOE/UP) perdieron “la batalla por el relato” en un momento histórico en que el llamado “capitalismo de la vigilancia” juega un papel clave en las decisiones de los ciudadanos.
Para finalizar: ¿se pueden considerar estas elecciones unas primarias de cara a las elecciones generales? Mientras escribo este artículo vengo de informarme de que el presidente del gobierno, el señor Pedro Sánchez, anuncia que adelanta las elecciones generales para el 23 de julio, dentro de prácticamente dos meses. Una opción arriesgada que parece apuntar a evitar males mayores como, por caso, que hay muchas probabilidades de que la situación económica en toda Europa empeore y con ella las probabilidades de repetir la actual mayoría sean aún menores al perder una de sus grandes bazas: la mejora de la economía. Una opción que seguramente no favorecerá a su socio de gobierno (UP) pero que puede que también esté pensada en clave interna (evitar que en el interior del PSOE lleguen a explotar los posibles descontentos con un resultado que dejó a no pocos barones descabalgados). Seguramente que también influyó la evidencia de que a las derechas españolas (PP/VOX), ante su triunfo electoral, aprovecharán para pedir elecciones anticipadas y Pedro Sánchez quiera así adelantarles y quitarles esa baza.
Seguimos en campaña electoral.
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