Yolanda Diaz ya no quiere a Antonio Garamendi

A muchas personas les chocaban las imágenes publicadas en los medios de comunicación de la vicepresidenta y ministra de trabajo, Yolanda Díaz y el presidente de la CEOE - patronal española- Antonio Garamendi, en las que se desprendía una gran complicidad, incluso un apretón de brazo de la Díaz al dirigente empresarial. En esa primera etapa todo eran parabienes, sonrisas por ambas partes y más o menos entendimiento. Era una etapa idílica. hasta hace poco.

Cuando los políticos ponen el contador en modo elecciones, todo vale para conseguir votos que le lleven al gobierno o al parlamento, si son elecciones generales o autonómicas. En estos momentos ya de campaña -municipales y a finales del próximo año, generales- todos han puesto el contador en marcha. No importa lo que se diga, se prometa y a quien vayan dirigidos sus ataques, para ellos “el fin justifica los medios” porque al final están convencidos de que la gente se olvida fácilmente de lo que han dicho. Las hemerotecas son la memoria que les pasa factura, sin lugar a dudas.

Yolanda Díaz que hace ya algunos meses presentaba su plataforma “SUMAR” con la que quiere presentarse a las elecciones del 2023, pese a las graves diferencias que cuenta con sus compañeros de Podemos y su jefe mayor, Pablo Iglesias, no desaprovecha la ocasión para ir rascando votos. En esta ocasión – como en otras- ha defendido las propuestas y anuncios de manifestaciones de los sindicatos a los que dice “apoyar” en sus reivindicaciones y arremetía contra la CEOE.  En su vuelta al trabajo, en la sesión del congreso de este jueves, declaraba a los periodistas que “vamos a subir el salario mínimo y lo vamos a hacer más que nunca”. Y si no tenía suficiente le pedía a la patronal “compromiso con su país”. La respuesta de los empresarios no sea hizo esperar y el vicepresidente de la CEOE, Salvador Navarro, aseguraba este viernes no entender las declaraciones de la vicepresidenta de “ponerse la primera en la manifestación sindical, pue el momento actual requiere de acuerdos consensos, pero con consensos, no con el rodillo”.

El vicepresidente de la patronal ha declarado que la ministra demuestra “poca empatía hacia las empresas. Y califica las declaraciones de mensajes demagógicos. 

Yolanda Díaz se olvida que en España las empresas que hay mayoritariamente son pequeñas medias y muchos autónomos, que las grandes corporaciones no son tantas.  Que las tres primeras están sufriendo de lo lindo la crisis y que el tiempo aconseja, como siempre, hablar, consensuar y acordar. Que eso de imponer, nos recuerda a otros tiempos en España, quizás en Rusia, Venezuela y otros es factible el ordeno y mando. Que un gobierno debe tener en cuenta a todos, los hayan votado o no. Que utilizar estos temas sensibles - que llegan a la gente porque lo están pasando mal- con el fin de conseguir votos, no es bueno: los empresarios - hay de muchas clases- no son los enemigos de los trabajadores, sino generadores de empleo. La confrontación no es buena, el diálogo si, lo mismo que la prudencia que debe acompañar a los políticos que tienen responsabilidad de gobierno. El electoralismo no debe ser un arma de enfrentamiento, bastantes problemas hay como para que Yolanda Díaz eche más leña al fuego, más bien debe hacer de bombero que de pirómana. No se puede pasar de casi darse “besos” con Garamendi a tacharlos de insolidarios porque hay unas elecciones a la vuelta de la esquina.