El miedo a los "pinchazos" llega a las fiestas gallegas: así hay que actuar ante intentos de sumisión química
En los últimos días se han multiplicado en la comunidad los casos de jóvenes que dicen haber sido víctimas de intentos de sumisión química en discotecas o eventos multitudinarios, como conciertos o fiestas patronales. Las autoridades alertan que, en la mayor parte de los casos, los análisis no concluyen esos intentos de sumisión química, pero la alarma social existe, está extendida y es más que evidente.
En los últimos días se han multiplicado en la comunidad los casos de jóvenes que dicen haber sido víctimas de intentos de sumisión química en discotecas o eventos multitudinarios, como conciertos o fiestas patronales.
Las autoridades alertan que, en la mayor parte de los casos, los análisis no concluyen esos intentos de sumisión química, pero la alarma social existe, está extendida y es más que evidente.
Por otro lado, existen otros riesgos más allá del intento de narcotizar a alguien, ya que los instrumentos utilizados pueden transimitir enfermedades como el VIH. Hay también una serie de recomendaciones o pautas que seguir si presenciamos o sufrimos un "pinchazo".
Esta semana ha aumentado el nivel de alerta en Galicia después de varios casos de “pinchazos” en la comunidad. En Nigrán y A Coruña se reportaron diversos casos que acabaron en denuncia por intentos de sumisión química, mientras que en Cambados las redes sociales rugieron porque, presuntamente, varias jóvenes habían sido pinchadas durante un concierto, hechos por lo que rápidamente salió el Concello de Cambados a desmentir, reduciéndolo todo a un “bulo” de Twitter e Instagram. Días antes, durante las Festas do Apóstol, en Santiago de Compostela, también se reportaron diversos casos parecidos. Pero este es un problema que viene de lejos: en Ourense, el pasado otoño, ya se registraron casos.
Bulos o no, lo cierto es que existe una cierta histeria colectiva condicionada por una serie de noticias que en los últimos tiempos han ayudado a intensificar el temor de muchas jóvenes, que además, en el caso de algunas afectadas, presentan marchas compatibles con los temidos pinchazos. Desde el aumento en el número de denuncias de víctimas de violaciones grupales hasta sentencias tan polémicas como la de los dos policías de Estepona condenados por violar a una joven.
Por otra banda, diversas fuentes consideran que estos pinchazos pueden estarse dando en discotecas o conciertos, pero no con la intención de someter químicamente a sus víctimas, sino con la de asustar.
Así, cualquiera con un mero instrumento punzante, puede provocar que se active una alarma social con el único fin de provocar el caos y aguarle la fiesta a los demás. Estas actitudes son las que traen de cabeza a las autoridades, ya que generan nerviosismo en la población sin que en ningún momento haya existido un riesgo real.
UNA “BROMA” PELIGROSA
De igual manera, estos pinchazos, aunque no contengan droga -muchos de los análisis realizados a las presuntas víctimas no arrojaron resultados positivos en sustancias narcóticas, si bien esto no quiere decir necesariamente que no se hayan aplicado-, sí pueden suponer un grave perjuicio para las víctimas, ya que las jeringas pueden transmitir enfermedades como la Hepatitis B, tétanos o incluso el VIH.
En cualquier caso, el aumento de este tipo de violencias ha puesto en guardia tanto a las autoridades sanitarias como a los chicos y chicas, que por temor a este tipo de episodios se lo piensan dos veces antes de participar en eventos multitudinarios o, directamente, optan por no salir de fiesta.
QUÉ HACER
En este escenario, muchos se preguntan qué hacer si, llegado el caso, se produjese un supuesto abuso de estas características en un evento. Muchos artistas han reaccionado en sus cuentas advirtiendo que, si se diese en uno de sus conciertos o espectáculos, los afectados se pusiesen inmediatamente en contacto con ellos para parar el show y tratar de esclarecer lo ocurrido.
Según reportar algunas afectadas, tras sufrir el pinchazo se han sentido indispuestas, mareadas o somnolientas pasados unos minutos, llegando a perder la consciencia. Existen sustancias capaces de provocar estos síntomas y que, además, pueden provocar amnesia.
Los expertos consideran que, para que se diesen casos de sumisión química, tendría que inocularse el compuesto durante varios segundos, ya que no basta con un leve pinchazo. Así, sugieren que el riesgo en esos casos, ya que una persona podría darse cuenta de que le están inyectando algo si el pinchazo es prolongado, es la posibilidad de que la aguja o el instrumento no se encuentre debidamente desinfectado.
PASOS A SEGUIR
De cualquier manera, en caso de sentir un pinchazo, las autoridades recomiendan avisar en la mayor brevedad posible a gente de confianza de nuestra situación para que, si comenzamos a sentirnos indispuestos, podamos ser atendidos y nos encontremos acompañados en todo momento. No es recomendable que, en caso de sentir un pinchazo, abandonemos el lugar sin comunicárselo a nadie y tratemos de marcharnos a nuestro domicilio, ya que, en caso de que aparezcan síntomas, la situación podría ser todavía más complicada.
Una vez comunicado nuestro estado, acudir cuanto antes a Urgencias o pedir auxilio a Emergencias, al tiempo que estamos atentos a los posibles síntomas que puedan ir apareciendo y revisar la zona en la que se ha notado el pinchazo para comprobar si existen marcas. Los acompañantes pueden alertar a los responsables del local o del evento en el que nos encontremos para advertir de lo ocurrido y que se tomen las medidas pertinentes.
Otro elemento clave es denunciar los hechos ante las Policía o Guardia Civil, ya que es la única forma de que quede registro de lo ocurrido más allá de que puedan hacerse eco las redes sociales.
Existen, por otro lado, otros riesgos más “clásicos”, si es que se puede utilizar ese término, para la sumisión química. El Ministerio de Justicia estima que en torno al 33% de las agresiones sexuales denunciadas en los últimos cinco años podrían haberse producido con la víctima bajo estado de sumisión química. Sustancias en las bebidas, como éxtasis líquido o burundanga, eran hasta la fecha los métodos más habituales para tratar de doblegar la voluntad de las víctimas. También pueden darse abusos sobre personas que han ingerido drogas de forma voluntaria, ya que el agresor puede aprovechar su estado de vulnerabilidad para cometer el abuso.
Esta semana hay una gran variedad de eventos en Galicia: el festival SonRías Baixas en Bueu, el 'Desembarco Vikingo' en Catoira, la Festa do Albariño en Cambados, el festival de Pardiñas en Guitiriz...citas en las que podrían darse episodios desagradables como los relatados, pero sobre los que hay que actuar con firmeza y responsabilidad para poder disfrutar del verano espacios seguros para todos y todas.
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