El auge de los airbags y frenos falsificados, un riesgo para los usuarios y el mayor enemigo de la automoción
El último informe de la 'Situación del Comercio ilícito y fraude en España, Europa y el resto del mundo' evidencia el auge de las falsificaciones en el sector de la automoción y los riesgos que entrañan los productos falsificados.
El sector de la automoción vive un momento complicado y, en parte, es por la creciente diversidad que experimenta esta industria. Cada vez son más marcas las que están llegando al mercado nacional ya no solo en concesionarios, sino también en cuanto a los recambios y repuestos. Sin embargo, esta variedad no siempre es positiva, ya que puede crear todavía más incertidumbre sobre los compradores, que se enfrentan a un problema que acosa además a las marcas históricas: las falsificaciones.
Aunque tendemos a creer que las reproducciones se dan solo en el mundo de la moda, cada vez son más los productos fraudulentos tecnológicos que son sometidos a estos engaños, siendo la automoción una de las industrias más afectadas. Todo esto viene pormenorizado en el informe de SICPA, empresa de tecnología suiza referente en los ámbitos de las soluciones de autenticación, securización y sistemas antifraude, que llama la atención sobre el aumento de falsificaciones en repuestos de coches y la amenaza que esta producción fraudulenta supone para los miles de empleos del sector de la automoción.
UN GRAN DAÑO AL SECTOR
En ese sentido, detallan que, actualmente, el sector de la automoción en España se compone por más de un millar de empresas que dan trabajo a 340.000 personas, siendo el cuarto productor europeo. En un momento de especial inestabilidad para un sector marcado por la falta de componentes, lo que ha derivado en la crisis de los semiconductores y los paros asociados a la ausencia de los microchips que en muchas ocasiones obligan a detener la producción de factorías tan relevantes como la de Stellantis en Vigo, ahora el sector también analiza el impacto que las falsificaciones de repuestos y piezas está teniendo sobre esta industria.
El alto precio de los materiales, sumado al encarecimiento general de la vida, hace que muchos usuarios dejen de lado a los fabricantes tradicionales y acudan a plataformas de venta más económicas, sin mirar tanto las calidades y prestaciones y sí el precio. Esto es un gran handicap para las grandes casas, incapaces de competir con estas marcas de una liga inferior en cuanto a reconocimiento pero de precios imbatibles.
Esta circunstancia se ramifica en una circunstancia directa como el hecho de que empresas como Magna Seating tenga actualmente un gran stock, lo que impide dar salida a todo el producto y que esto se traduzca en más jornadas de paro en las factorías. Evidentemente hay muchos factores que condicionan esta clase de episodios, pero este mercado paralelo es uno de los factores clave.
LOS ESPAÑOLES, LOS QUE MÁS ACUDEN A LAS FALSIFICACIONES
Las cifras de SICPA detallan que uno de cada cinco españoles ha recurrido a falsificaciones en el último año. España es, solo por detrás de Bulgaria, el país europeo donde más se consumen este tipo de productos fraudulentos. No se trata de radios, limpiaparabrisas o elementos que pueden ser considerados “menores” del vehículo en muchos casos, sino que nos referimos a airbags e, incluso, sistemas de frenado. Desde SICPA señala a “las mafias”, que con estos negocios financian otras actividades ilegales, como las responsables de colar en el mercado estas falsificaciones que no han pasado los controles pertinentes y que pueden poner en serio riesgo la vida de los conductores.
“La falsificación de componentes para vehículos es un problema histórico para la industria del automóvil y para la seguridad vial, que, con el auge del comercio electrónico, está alcanzando cotas inéditas”, subrayan desde la firma suiza, al tiempo que acentúa el impacto que esto tiene sobre el empleo.
En la misma línea, la compañía se sorprende por la alta tecnificación de estos productos falsos “cada vez más difíciles de detectar”. Los filtros de gasoil y aire son algunos de los componentes más demandados en los canales de venta de repuestos en un mercado cada vez más pujante y que deja en un segundo plano a los talleres o las tiendas especializadas.
¿CÓMO SE DETECTAN?
Se dan muchos casos, sin embargo, en los que el comprador ignora que su adquisición es la de un producto falsificado, como puede ocurrir en muchos portales del comercio electrónico. El propio informe señala que un 43% de los compradores dice no estar seguro de la autenticidad de los propios productos.
El riesgo intrínseco es más que evidente, pues en el caso de las pastillas de freno, por ejemplo, el hecho de que sean falsas puede afectar considerablemente a la capacidad del vehículo para reaccionar de manera adecuada cuando accionamos el pedal del freno o que su desgaste sea mucho mayor.
Esto puede provocar un accidente, un supuesto en el que los airbags falsificados pueden provocar que los daños sean todavía mayores, ya que tal vez no salten o, de hacerlo, no lo hagan de manera correcta y puedan causar lesiones graves al afectado o incluso la muerte. También los filtros entrañan un gran peligro, ya que un mal funcionamiento pueden cargarse el motor y provocar daños que costarán miles de euros en reparaciones. En el peor de los casos, la obstrucción de los filtros puede provocar, incluso, la combustión del propio motor.
Los expertos ponen el acento en la concienciación como el primer elemento para provocar un cambio social que ponga freno a las falsificaciones. Los precios bajos son, en la mayoría de casos, el primer signo de alerta. Acudir a distribuidores oficiales es siempre el mejor consejo pero, en otro caso, cabe destacar que los airbags oficiales, por ejemplo, cuentan con un embalaje especial que los protege de manipulaciones, además de ir identificados con placas y sellos de seguridad. El esfuerzo de los falsificadores trata de copiar todos estos precintos, pero en caso de que existan señales de que han sido manipulados, los compradores deben abstenerse de instalar estos productos.
SIN FRAUDE, PERO DEFECTUOSOS
Mención aparte merecen los sistemas que no son fraudulentos en sí, pero que han resultado defectuosos. El caso más claro lo encontramos en los motores Puretech de Stellantis en firmas como Citroën, Opel o Peugeot, donde el número de afectados solo en Europa se estima en unos 4 millones de usuarios. En España la organización Afestel ha comenzado a llevar las primeras denuncias contra el Grupo Stellantis ante los juzgados, tratando de buscar una solución a los problemas que los “pudretech”, como los llaman los damnificados, han causado a miles de familias.
Por otra banda, vemos casos singulares como los de los airbags Takata. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) explica que son muchas las alertas que se han lanzado en los últimos años por las propias casas automovilísticas sobre la situación de estos componentes por un defecto de fabricación que provoca que el inflador se degrade y pueda proyectar fragmentos metálicos en caso de colisión, lo que supone un gran riesgo para los usuarios.
Comprende a coches fabricados en tres décadas distintas: desde 1997 hasta 2018 y en marcas como Audi, BMW, Citroën, Dacia, DS, Ford, Honda, Land Rover, Mazda, Mercedes, Nissan, Opel, Seat, Skoda, Suzuki, Toyota, Volkswagen y Volvo.
“Es un problema generalizado: según los cálculos de los expertos de OCU, en España, podrían haberse comercializado más de cuatro millones de coches afectados en los últimos años, lo que, si todos los coches afectados siguieran funcionando, representaría el 15% del parque automovilístico español”, detalla la organización.
En ese sentido, recuerdan que las marcadas son las responsables de avisar a los afectados y solucionar el desperfecto de manera gratuita. Actualmente, según explica la propia OCU, muchos propietarios siguen sin solución ante este problema, por lo que demandan la revisión y sustitución de los airbags en mal estado, se compense al propietario del coche durante el tiempo que el vehículo permanece en el taller y una indemnización para los afectos por los “daños morales o incluso daños y perjuicios” que puedan haber causado.
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