La IA, el secreto para reducir la jornada laboral: "Solo con tecnología podemos ser igual de productivos que hasta ahora"

Tendemos a imaginar que la Inteligencia Artificial será la que domine el planeta de punta a punta en cuestión de unos pocos años. Los coches nos llevarán solos a los sitios, las neveras harán la compra y esta noticia la habrá hecho un ordenador. Y todos esos empleos quedarán en manos de la última tecnología, que engordará las colas del paro. ¿O no es así? Lo cierto es que es algo más complicado. GBTEC, empresa desarrolladora del software BIC Platform, que utilizan desde Burger King hasta Porsche, tiene una perspectiva un poco distinta, ya que sostiene que la IA no ha venido a robarnos nada, sino a mejorar y hacer más eficiente nuestra labor. 
 

Antonio Sánchez, director de desarrollo de negocio de GBTEC, arroja luz sobre este temor y dice que “la gente tiene motivos para estar preocupada”, porque esta es una tecnología muy moderna que todavía está dando sus primeros y, en algunos casos, titubeantes pasos. 

“Yo mismo estoy preocupado”, admite, “aunque la IA, hoy, no va a sustituir prácticamente ningún puesto de trabajo, pero va a ayudarnos mucho”. “Aquellos trabajos que impliquen tareas repetitivas que no aporten mucho valor a la empresa…esas sí deberían estar preocupadas”, manifiesta, porque “es lo que hace hoy la Inteligencia Artificial, cosas sencillas, repetitivas, que no requieren, valga la redundancia, demasiada inteligencia”. 

Sánchez subraya el salto que significa el uso de esta tecnología, ya que “tareas que nos llevaban ocho horas ahora podemos hacerlas en seis o cuatro”. “Con esas horas que nos quedan libres podemos hacer tareas de mayor valor”, explican desde GBTEC. ¿El siguiente paso de la IA? “Es difícil de saber”, reconoce Sánchez, consciente de que los avances son en muchas ocasiones seculares y que no siempre se dan en la dirección que pensábamos. 

LA REVOLUCIÓN DE ‘ARTY’

“Llevo más de 20 años en tecnología pero soy incapaz de saber cuál va a ser la siguiente revolución”, afirma Sánchez, que estudió los principios de la IA hace ya dos décadas. Los manuales de entonces siguen vigentes porque “la base es la misma, la teoría existe y esto no es nuevo, pero en un año o dos se ha revolucionado la forma de trabajar, porque se han abaratado las comunicaciones y la capacidad de procesos que han conseguido que este sea el momento oportuno”. 
 

La IA que conocemos hoy es la que los expertos denominan ‘Inteligencia Artificial Generativa’, como el cacareado Chat GPT, para la que necesitamos muchos datos y capacidad de procesos, algo que hace dos décadas era muy caro e imposible de realizar porque no todo estaba vinculado a internet como hoy día, de forma que “no se podía entrenar a las inteligencias artificiales como ahora”.
 

Al tiempo, el desarrollo de la IA ahora no es tan costoso. De hecho, desde GBTEC ya han estado trasteando con estas herramientas, con lo que han conseguido desarrollar a ‘Arty’, un sistema que está pensado para los procesos de negocio como los que demandan los clientes de la compañía, de la talla de Starbucks, Rolls Royce o Siemens. 

“Tenemos varios módulos: uno es para documentar los procesos y otro para automatizarlo. Hasta ahora lo hacíamos con el software, más o menos a mano pero con nuestro software, aunque hay que hacerlo, es sencillo. Ahora con ‘Arty’ puedes ordenar que diseñe un proceso de atención a clientes con tantas actividades y tantos departamentos. Y ‘Arty’ ya se encarga, no tenemos que hacerlo a mano”, explica Sánchez. 

No obstante, esta tarea tan compleja todavía tiene que desarrollarse más. “Nos ofrecerá un diseño genérico. No será definitivo para el uso de la empresa, pero no empezamos de cero con la hoja en blanco, podemos modificar el de ‘Arty’ y adaptarlo a nuestras necesidades. Ganamos mucho tiempo”, celebran desde GBTEC. 
 

Con ‘Arty’ la empresa ha conseguido abrirse a nuevos mercados, porque son ya muchas las empresas que están llamando a su puerta. “Algunos clientes nos están empujando y se animan a ser los que abran el camino con las pruebas”, apostilla Sánchez, que cita el caso de Indra como una de esas firmas que están especialmente interesadas en el desarrollo de este tipo de procesos y ver sus aplicaciones futuras, pero también la mayor empresa de reparto de Brasil, que parece tener prisa por modernizarse e introducir la IA en cuantas áreas de la empresa que les resulte posible. 
 

REDUCCIÓN DE JORNADA

“Con ‘Arty’ la imaginación es el límite”, simplifica el director de desarrollo de negocio, que avanza que aunque su presentación fue con unas pocas funcionalidades existe ya una hoja de ruta “para añadir muchas más”. A las empresas parece que no les quedará más remedio que adaptarse e invertir en estos modelos porque, como razona Sánchez, solo mediante su implementación y uso será posible alcanzar objetivos como el de la reducción de jornada, que el Gobierno de España plantea rebajar a las 37,5 horas semanales para 2025.
 

“Es que no va quedar más remedio”, observa Sánchez, ya que la IA será la única manera de que muchas empresas mantengan el ritmo para que sus trabajadores ganen lo mismo a pesar de trabajar unas horas menos. “Para ser igual de productivos que hasta ahora nos vamos a tener que apoyar en la tecnología. La IA va a ser fundamental”, considera. 
 

Lo que hay que tener muy presente en cualquier caso es que los beneficios de la IA son infinitos, pero sus riesgos también lo son. Sin ira más lejos, en el periodismo, por ejemplo, estas herramientas pueden ser muy útiles para simplificar algunas tareas, pero no tanto a la hora de transcribir, por ejemplo, una mala pasada que ya ha sufrido el propio Sánchez en sus carnes porque “algún sistema no termina de captar bien las palabras y pasa al papel auténticas barbaridades”. 
 

“Hay que tener mucho cuidado. Hay que revisarlo todo, porque la IA es todavía más o menos inteligente y comete errores por ahora. De momento no sustituye a los periodistas”, consuela Sánchez. También es un aviso para muchos estudiantes que han usado esta herramienta, ya que aunque útil también puede contar con sus propios detectores de tramposos. 
 

“Es una parte de este tipo de tecnologías. Es el juego del gato y el ratón: si yo desarrollo algo para pillarte y el otro lo hará para que no lo pille. Este juego favorece la innovación y el avance de la tecnología”, sugieren desde GBTEC. 
 

LA AESIA Y EL FUTURO DE GBTEC

En este sentido, tal vez lo que haga falta es la figura de un árbitro, un papel que podría asumir la futura Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (Aesia)  que echará pronto a rodar desde A Coruña. Sánchez considera importante “vigilarla y regularla”, pero siempre desde un equilibrio que “no frene el desarrollo” porque “siendo muy estrictos nos pueden ganar en la carrera”. 

Una carrera en la que GBTEC parece ir en cabeza, ya que en los próximos meses parece que seguirá viento en popa con un volumen de negocio que no deja de crecer. “Hemos abierto oficinas en Reino Unido y Estados Unidos. Nuestro reto ahora es seguir ganando clientes en México de cara a obtener una masa crítica suficiente para abrir también oficinas allí. En España y Latinoamérica vamos a crecer mucho y en México queremos trabajar más a fondo. El trabajo que no falte y ojalá podamos crecer para que antes de fin de año abramos las primeras oficinas allí”, aventura Sánchez. Desde luego que interés no les faltará. La única duda es si esa noticia la contaré yo o una máquina.