Tasas más caras a pisos turísticos: el plan que divide A Illa y puede revolucionar el sector en Galicia
A Illa de Arousa, gobernada por el PSOE y el BNG, es pionera en Galicia en subir las tasas locales a las polémicas viviendas de uso turístico (VUT). Una medida que está encontrando una fuerte contestación entre parte de vecinanza, la oposición del Partido Popular y la asociación gallega de propietarios, Aviturga, preocupada por si el ejemplo insular se acaba contagiando a otros municipios del país.
Motivos de preocupación no le faltan. Aunque A Illa de Arousa es el primero en Galicia en aprobarlo -lo hizo este otoño-, hay varios municipios españoles que ya han encontrado vías para cobrar más impuestos a los pisos turísticos.
El objetivo de estas tasas es doble. Por un lado, buscan compensar a las arcas municipales por los sobrecostes en los que incurren los servicios locales, al tener que soportar la presion no solo de los vecinos, también de los visitantes. Por ejemplo, es evidente que un municipio turístico debe gastar más en limpieza de vías que otro que no atrae turistas.
Además, en algunos casos, como en la Illa, suponen también una vía atractiva para intentar paliar las deudas, que en Galicia pesan sobre muchos ayuntamientos, que llevan lustros quejándose de infrafinanciación.
Por otro lado, el aumento de tasas puede resultar útil para controlar la proliferación de estos pisos, a los que muchos culpan de ser un factor que contribuye a que los alquileres tradicionales se disparen. La cantidad en la que se han subido las tasas en algunos lugares no es pequeña y, en determinadas circunstancias, puede convencer a los caseros a no dedicar sus predios al alquiler de temporada o al menos a pensárselos dos veces.
¿Por qué no subirle a las VUT y bajarle las tasas a los vecinos?
Los municipios que han encarecido más sus tasas son dos valenciados comparten características con A Illa. Son relativamente pequeños y soportan una presión turística importante sobre todo en verano. En Cullera, los pisos turísticos pagarán entre 222 y 333 euros por gestión de residuos, prácticamente el triple de lo que abonan las viviendas residenciales tradicionales. Pedreguer ha creado categorías específicas que van desde los 200 hasta los 275 euros, en función de si el inmueble tiene más de diez plazas.
En otro municipio valenciano, Altea, se ha creado una categoría específica para las 2.269 viviendas con licencia turística, que ahora pagarán 364 euros como tasa de residuos, un aumento significativo respecto a la tarifa anterior para viviendas. Lo novedoso de este caso es que esa alza viene acompañada de rebajas para las viviendas no turísticas. Por ejemplo, en el rural y el núcleo urbano pagaban unos 115 euros y ahora bajará a 80 y 18, respectivamente.
¿Cuánto plantean pagar en A Illa? La propuesta establece un coste anual de 464,23 euros por VUT –323,42 euros por la gestión de residuos y 140,81 euros por el servicio de saneamiento–. Afecta a las 200 viviendas registradas como turísticas en la localidad. Fuentes de Aviturga indican que son cifras que quintuplican lo que pagarán los residentes habituales.
Aviturga puede acabar llevando al Ayuntamiento de A Illa a los tribunales
El alcalde socialista, Luis Arousa, defendió la iniciativa argumentando que las viviendas turísticas deben tributar como cualquier otra actividad económica. “Si una peluquería, una zapatería o una ferretería pagan impuestos, las viviendas turísticas también deben hacerlo”, argumenta.
Luis Arousa (alcalde): “Si una peluquería, una zapatería o una ferretería pagan impuestos, las viviendas turísticas también deben hacerlo”
No opinan igual desde Aviturga. Su presidenta, Dulcinea Aguín, tidala medida de "injusta" y planteó dudas sobre su legalidad. “Estas viviendas están reguladas como residenciales, no como negocios, y ya tributamos en el IRPF por los ingresos que generan. Además, muchas están cerradas gran parte del año. Es una decisión desproporcionada que no se ajusta a la normativa estatal”, afirmó en declaraciones a RNE.
Desde esta asociación han presentado alegaciones y han comenzado a recoger firmas. Aviturga raziba que Hacienda clasifica los ingresos de las VUTs como rendimientos del capital inmobiliario, y no como actividad económica, lo que contradice el enfoque del Concello. Es probable que de empezar a cobrarse el año próximo, lleve el asunto a los juzgados.
Hay que tener en cuenta que la subida todavía no es definitiva. El Partido Popular local ha solicitado un pleno extraordinario para que el gobierno municipal explique los motivos de esta decisión pionera en Galicia. Los conservadores quieren que se anule el alza.
Lo que apruebe finalmente el pleno de A Illa puede resonar mucho más alla de la isla. De salir adelante, no serán pocos los alcaldes que piensen en aprovecharse de esta nueva potencial vía de financiación.
La Xunta, siempre a favor del turismo, mira los impuestos con recelo
Especialmente porque la otra vía para gravar a las VUT, las tasas turísticas, no parecen despertar especial simpatía en quien se las tiene que autorizar a los ayuntamientos, la Xunta. El gobierno de Alfonso Rueda lleva meses dilatando la aprobación de la tasa turística para Santiago y eso que el PP compostelano lleva años reclamándola.
A priori, parece difícil que en San Caetano acoja con buenos ojos la creación de una tasa turística por un municipio más pequeño y con menos presión turística que la que soporta la capital. Además, la Xunta se ha guardado un as en la manga. Un cambio legal le permite a ella misma regular las tasas turísticas municipales. De ahí, que la solución que están intentado en A Illa tenga tanta importancia política y económicamente.
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