Dani Benítez, ex de Pontevedra y Racing de Ferrol, se sincera sobre sus problemas con la cocaína: "Dije: o me suicidio o cambio"
El futbolista, ya retirado de la primera línea del balompié, recuerda su caída en desgracia tras un positivo en un control de drogas.
No todos recordarán a Dani Benítez con la camiseta del Racing de Ferrol, pero su paso por A Malata, aunque fugaz, dejó una huella en la ciudad departamental por su buen rendimiento, para sorpresa de muchos. Tal vez menos recordada sea su estancia en Pontevedra, cuando solo era una promesa del fútbol balear que trataba de foguearse con el conjunto granate. Seguramente el gran público conozca al extremo por su ascenso en el Granada y su caída a los infiernos en forma de positivo por cocaína en un control cuando era futbolista del equipo nazarí, con el que había cumplido el sueño de jugar en Primera División.
"EL MÉDICO ME DIJO QUE REZASE"
La de Dani Benítez es la historia -tal vez una de tantas- de un talento echado a perder por las drogas, un tema con el que parlamentó con el periodista gallego Gonzo en la última emisión del programa Salvados. "Yo entrenaba el sábado por la mañana y no pasaron ni 24 horas porque el domingo jugábamos a las 12. Y me tocó el control antidoping y lo hice y di positivo", recuerda Benítez sobre aquel positivo que cambió por completo su carrera y le hizo merecedor de una sanción que lo apartó de los terrenos de juego cuando equipos como Sevilla, Betis o Valencia habían sondeado al futbolista.
Conocido por ser especialmente díscolo, a Benítez tampoco le contarió mucho la sanción. "Me daba igual todo en ese momento. Le dije al doctor lo que había hecho y me dijo que rezase todo lo que pudiese. Pero yo no creo en Dios. Le dije que lo que tuviese que ser, que fuese", asumió, porque en aquella época "no era feliz y se me notaba en el campo".
La muerte de su madre por un cáncer marcó a Benítez de joven y eso derivó en una mala vida fuera de los terrenos de juego, con la bebida y las drogas como vía de escape. Las salidas nocturnas de Benítez eran conocidas en Granada, pero eso no le impidió relanzar su carrera cumplida la sanción. Tras redebutar con el Alcorcón llegó a Ferrol, donde demostró que podía ser un gran profesional y rendir sobre el verde. Una experiencia en el extranjero en las filas del AEL Limassol antes de regresar a ligas menores de España han sido las últimas experiencias lejos de la élite de un futbolista que llegó a pensar: "O me suicidio o cambio radical".
"Y cambié radical. No fue sencillo, me costó y no fue todo bonito de un día a otro", apunta el mallorquín, que ahora dice tener una vida plena aunque sabe que "los demonios vienen todas las noches y te tocan a la puerta" "La clave fue perdonarme a mí mismo y retomar la ilusión, por conseguir cosas y vivir; la felicidad nace de dentro y no se puede equiparar al dinero. Mi familia, mis hijas, amigos cercanos, pocos pero de verdad. Estoy en un momento que no puedo pedirle más a la vida".
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