Renovar a Giráldez, el trabajo pendiente que tienen por delante Mouriño y Garcés
La presidenta y el director deportivo tienen el reto de tratar de ampliar el contrato del técnico de O Porriño.
Llegó en silencio y como solución de urgencia y, en cuestión de unos pocos meses, Claudio Giráldez ha cambiado por completo la cara al Celta de Vigo. De un equipo deprimido y al que no le salían las cosas hemos dado paso en este arranque de campaña a una escuadra atrevida, descarada y, sobre todo, capaz de devolver la ilusión al aficionado celeste. Pese a ir de más a menos en los primeros cuatro partidos, el Celta ha vendido cara la derrota y ha ofrecido momentos de muy buen fútbol, en parte gracias a las lecciones que ha aplicado el preparador celtiña, un hombre de la casa que parece haberse ganado a pulso la renovación.
CONTRATO HASTA 2025
El año pasado con la salvación del Celta, sobre el que tomó las riendas en horas muy bajas, Giráldez se ganó la continuidad y el derecho a iniciar un proyecto desde cero y con su propio nombre. Aunque con algún apuro económico y la obligación de dar salida a una larga lista de futbolistas -además de ventas obligadas como la de Larsen-, el gallego logró armar un equipo joven, con la ase en A Madroa pero con alguna pincelada más que interesante.
En A Sede son conscientes de que Giráldez ha despertado a la afición y quieren aprovechar ese impulso extendiendo el contrato de un preparador que ha sabido entender como pocos el ADN del club olívico. Lo sabe el director deportivo, Marco Garcés, y la presidenta, Marián Mouriño, que ya ha recibido el primer toque de Garcés para iniciar el diálogo con el adiestrador.
"Tendré que sentarme con Marián a pelear los dineros. Yo creo que es su idea y es la nuestra. Ahora hay que sentarse a hablar", indicó Garcés en su repaso al cierre del mercado de fichajes. Giráldez, como Iago Aspas, termina contrato en junio, por lo que en Balaídos tienen que sopesar si proponen mantener al hombre que les ha dado estabilidad o si por el contrario apuestan por un cambio de rumbo sorpresivo, algo que, visto el éxito de las últimas grandes apuestas de Mouriño padre -Luis Campos, Rafa Benítez...-, no parece algo que vaya a pasar.
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