Támara Echegoyen, viento en popa a París 2024: "Paula Barceló y yo hacemos un combo perfecto: juventud y experiencia"

Estamos ya en las últimas semanas antes de París. En los últimos meses vienes de colgarte el bronce en el europeo y de competir en el mundial. ¿Cómo están siendo estos meses de preparación? ¿Cómo te estás encontrando?

Han sido unos meses un poco especiales y difíciles. En estos meses la progresión del equipo es muy buena y nos sentimos contentas y motivadas para enfrentar los Juegos. Hubo algunos problemas que nos tuvieron un tiempo fuera del agua, pero esa etapa nos permitió tener tiempo para mejorar otras cosas, para trabajar otros aspectos. Ahora ya estamos en Marsella preparando la recta final que se hace en campo de regatas de los Juegos para conocer todas las circunstancias especiales. Al final dependemos de muchos factores, no solo de nosotros: la meteorología, las olas, la geografía… Pero estamos haciendo un buen trabajo. La sensación final es que hay cosas que todavía tenemos que trabajar, que tenemos tiempo y somos muy perfeccionistas para llegar con las mejores sensaciones, pero estamos animadas y trabajando bien. 
 

En la vela son miles los factores a tener en cuenta. Uno de ellos, casi absurdo mencionarlo, es el mar. ¿Hay mucha diferencia una competición en el Mediterráneo que en la costa canaria, por ejemplo? ¿Cómo puede beneficiarte el que se dispute en Marsella?

Son condiciones diferentes. En el Mediterraneo existe una ola particular, pero en cada ciudad en la que navegas hay particularidades geográficas. Marsella por ejemplo tiene una bahía que está bastante cerrada, por lo que la tierra afecta en ocasiones a los campos de regatas, el viento toma direcciones particulares, por lo que estar ya en el terreno conociendo sus particularidades puede ser un plus, pero creo que Marsella va a ser desafiante para todos los regatistas, podemos tener todo tipo de condiciones en cuestión de una semana, por eso las regatistas estamos obligados a ser buenas en todas. Para mí es uno de los campos más desafiantes con el de la bahía de Río de Janeiro. 

ECHEGOYEN-BARCELÓ; BARCELÓ-ECHEGOYEN

Siempre has estado en la pelea por las medallas, aunque en los últimos años te quedaste justo a las puertas. ¿Qué puede marcar la diferencia en esta ocasión? Alguna vez te he oído decir que en vela no siempre gana el mejor regatista, sino el que comete menos errores. El plano mental parece entonces el más importante para las medallas…

La realidad es que la de los Juegos es una regata diferente a las que venimos celebrando. No en el agua, pero la presión en el resultado, el seguimiento mediático, todo se amplifica, en especial en aquellos deportes donde no hay tanto seguimiento. El factor de la presión hay que tenerlo en cuenta, afecta a los deportistas pero no pasa nada, solo hay que manejarla de la misma manera que la tratamos en otras competiciones. Es verdad que en la vela hay factores que no controlas y que puedes usarlos en tu beneficio porque son los que te pueden separar de las medallas. Un pequeño error es un punto que te aparta del podium. 

"Marsella va a ser desafiante para todos los regatistas, podemos tener todo tipo de condiciones en cuestión de una semana"

Yo siempre dije que en el 49er hay una rivalidad muy limpia, pero son muchos equipos con opción a medalla, con mucho nivel, por lo que en la regata hay que dar el 100% y cada uno aportar todo lo que tiene para que en función de las decisiones tomadas se llegue la mejor clasificación. Pienso que en el equipo llegamos preparadas en todos los Juegos, pero en la competición hay tomas de decisiones más acertadas o menos que son las que te pueden dejar fuera de las medallas. Lo único que tengo claro es que nuestra responsabilidad es llegar lo mejor preparadas y me enorgullece saber que competimos contra las mejores y que una vez en el agua todas damos nuestra mejor versión. 
 

En alguna ocasión se te oyó decir que París 2024 no entraba en tus planes. ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

Paula Barceló. Siempre lo dije y soy muy sincera, porque creo que si antes hubiese conseguido otra medalla Támara Echegoyen ya hubiese cerrado un capítulo en campañas olímpicas. No la pudimos obtener, nos volemos con una cuarta posición y un diploma olímpico, pero a mi lado en el barco tengo a una compañera excepcional que me dio el tiempo y tuvo la paciencia de esperar a tomar la decisión y me ayudó a tomarla, además de otros compañeros que me dieron la visión positiva de poder seguir a París. Claramente tenían razón, porque disfrutar de una campaña olímpica, tener opciones y entrenar y prepararse para luchar por una medalla es una vida apasionante que estoy disfrutando. 

Toca hablar un poco de Paula, la otra pata de la mesa. Son sus segundos Juegos con solo 28 años, lo que habla un poco de su talento. ¿Hay mucha cantera y un buen relevo generacional en la vela femenina? 

Paula es un talento increíble para la vela, pero también para todo aquello en lo que ella se decida. Es una mujer muy trabajadora, con una capacidad de análisis increíble y tiene una actitud ante los retos y el trabajo muy difícil de superar. Es sencillo trabajar con ella porque siempre está abierta a la mejora, buscando ese aspecto que pulir y con una capacidad de lucha envidiable. Hacemos un combo perfecto, se han juntado la juventud y la experiencia. Hay veces que hay que tirar más de experiencia y otras de juventud, pero las dos peleamos por el mismo objetivo y nos complementamos muy bien. 

Ella es una regatista excelente, ojalá siga empujando porque para mí es el presente y el futuro de la vela. Está terminando la carrera de Medicina, es su decisión seguir, pero la vela siempre ha dado muchos resultados porque detrás hay mucho trabajo y ahora veo un cambio generacional que viene pisando fuerte y de lo cual me alegro, porque seguro traerá muchas alegrías. 

¿UN NUEVO RETO TRAS LOS JUEGOS?

De camino a los cuartos juegos, eres un ejemplo de tesón y constancia para mantener la forma y la ambición con 40 años. Tal vez la única que rivaliza contigo en ese sentido es otra gallega como Teresa Portela, que con 42 va a por sus séptimas olimpiadas. ¿Cuál es el secreto para mantener viva esa llama durante tanto tiempo?

Básicamente es la motivación. Si estamos en este mundillo es porque la motivación que tenemos ante los retos que enfrentamos es máxima. Todos dicen que tenemos suerte de dedicarnos a nuestra pasión y la verdad es que sí. Es un camino que no es de rosas, el deporte de alto nivel es duro, sobre todo si llevas muchos años estos pesan. Pero logramos crear un muy buen ambiente y llegar al éxito, ya no solo en resultados sino durante el día a día, lo que te anima a seguir empujando y encarar una nueva campaña. En mi caso son los cuartos JJ.OO. y estoy encantada de estar allí, pero el cuerpo ya me pide tener otros desafíos, pero compartir esa determinación con alguien como Teresa es todo un orgullo. 

Y en ese sentido, ¿cómo ha mejorado Támara desde aquel debut olímpico? 

Muchísimo. Todo el mundo dice que la experiencia es un grado. He tenido la posibilidad en estas campañas olímpicas de trabajar con gente increíble en todos los ámbitos. La evolución es muy positiva, soy no solo mejor regatista, sino mejor persona.  

"Es un camino que no es de rosas, el deporte de alto nivel es duro, sobre todo si llevas muchos años estos pesan. Pero logramos crear un muy buen ambiente y llegar al éxito, ya no solo en resultados sino durante el día a día"

Hace poco descubrí que eres supersticiosa, algo que podríamos decir que es muy gallego. ¿Alguna en especial a la hora de competir o algún conjuro para el barco?

(Risa) Yo lo llamo superstición, pero al final son rutinas competitivas. Se trata de buscar ciertas actividades para focalizarse y entrar en la competición. Siempre digo que es superstición porque, hasta cierto punto, es verdad que usar la gorra blanca, el número 23, son cosas que siempre me han acompañado, me han dado alegrías y que no los voy a dejar de lado. ¡Por lo que pueda pasar! Pero al final no son más que rutinas que me ayudan a entrar en competición. 

Como en todo deporte, la vela tiene todavía hoy algunas barreras que impiden brillar a las mujeres. Uno de esos muros parece que lo saltarás pronto, como puede ser la participación en la Copa América. ¿Qué significa para ti esta oportunidad?

El mundo profesional vemos como se está abriendo a las mujeres y es una buena oportunidad para poder trabajar en ello y tener acceso a las oportunidad que nos merecemos. En mi caso es una ocasión para adquirir experiencias y conocimientos que me permitan seguir mejorando. En el deporte femenino tenemos muchísimo talento y mucho que decir, igual que ellos. En esta primera Copa América femenina, que encima se celebra en casa, para nosotras es un orgullo estar ahí y ser las primeras, pero lo importante, aunque ser la primera es un privilegio, pero hay que tenerlas abiertas para todas las que vengan detrás.