Ángel Torres, la promesa paralímpica que necesita ayuda urgente: "Sin una prótesis de competición tendré que abandonar"
La historia de Ángel Torres, un muchacho de 29 años natural de Cuntis, es la de alguien que se enfrenta cada día ante la adversidad. Un accidente laboral hace ya casi dos años lo dejó sin pierna. Sin indemnización alguna por este suceso, se propuso no solo volver a caminar sino no dejar de hacer lo que le gustaba, como ir en moto o en monopatín. "Me preguntaba si algún día iba a poder caminar de nuevo. Y mira ahora". Ahora se ha convertido en un diamante en bruto dentro del programa de promesas paralímpicas. Sobre un tabla de snow hay pocos más rápidos que él, pero necesita un esponsor que pueda ayudarlo a costearse una prótesis para poder competir en igualdad de condiciones, por lo que ha iniciado una campaña de micromecenazgo: "Cuesta 10.000 euros; sin ella tendré que dejar el programa".
La vida puede cambiar en cuestión de segundos. Esto, que resulta una obviedad, lo pasamos por alto en demasiadas ocasiones, ya que un golpe del azar puede provocar un giro de 180 grados que es capaz de hundir a cualquiera. En algunas circunstancias, es nuestra propia actitud la que determina si salimos a flote. Es la capacidad de resiliencia la que nos puede mantener con vida y transformar ese revés en algo nuevo y, si cabe, positivo. Resiliencia, una palabra que va como anillo al dedo para definir a Ángel Torres López, un pontevedrés que de la mañana a la noche pasó de ser un buzo profesional a convertirse en una de las grandes promesas paralímpicas del snowboard nacional.
“SALÍ DEL AGUA SIN PIERNA”
Ángel tiene 29 años, pero se podría decir que nació dos veces. La última, hace 18 meses, cuando un accidente laboral le cambió la vida para siempre. “Estaba arreglando una máquina bajo el agua cuando alguien la puso en marcha y me cortó la pierna de cuajo. Salí del agua sin ella; ya no estaba”, recuerda el joven.
Este suceso lo obligó a abandonar el oficio que llevaba diez años desempeñando y transformó por completo su vida. “Tuve que aprender a hacer muchas cosas de nuevo, como volver a caminar. Todo apuntaba a una vida bastante parada, pero eso no entraba en mi cabeza”, relata. Encontró su vía de escape en el deporte, que ya practicaba antes del accidente, especialmente como una forma de recuperar la actividad y, como dice él, “cansarme, porque en mi trabajo anterior siempre tenía que estar activo”.
Esa actitud lo ayudó a recuperarse con una progresión bastante rápida y solo siete meses después de la amputación ya podía caminar de nuevo con ayuda de una prótesis. “Tenía dudas sobre lo que podría volver a hacer o no. Pero volví al skate, a surfear, a andar en moto…y probé con el snowboard”, explica el de Cuntis.
DEL AGUA A LA NIEVE
Con el gusanillo de los deportes de invierno entró dentro del programa de promesas paralímpicas. Después de rellenar una solicitud y superar una serie de entrevistas y pruebas, el Comité Paralímpico Español lo integró dentro de su programa. Sucedió de una forma natural y cumpliendo las premoniciones de amigos que ya le auguraban un futuro brillante dentro del mundo del deporte.
Él, en cambio, no lo veía tan claro y a punto estuvo de renunciar: “No sabía qué´hacer. Con casi 30 años no podía permitirme ese cambio sin cobrar nada, porque hasta que no tenga éxito en grandes competiciones no voy a tener ingresos”. Por fortuna, le pudo el corazón, ya que “no podía dejar pasar esta oportunidad y me involucré con todos mis ahorros”.
Desde hace unos meses Ángel se encuentra entrenando en el Pirineo catalán junto al resto de promesas, pero con una dificultad añadida: entrena con su prótesis de diario, esa que lo ayuda a caminar. Evidentemente, no es una prótesis adecuada para los descensos en la tabla ya que, como explica, “esta prótesis me ayuda a impulsarme, que es lo que necesito para caminar; la prótesis de competición es diferente, me amortigua con una suspensión a la altura del tobillo”. “La que uso ahora me tira en ocasiones, me provoca caídas que me hacen mucho daño a la velocidad que voy”, admite, al tiempo que añade que, con ese desgaste, tanto la prótesis de diario como su cuerpo se resienten.
UNA CAMPAÑA PARA SALVAR A UNA PROMESA
Sin embargo, la prótesis nueva y de competición no es nada barata y ahora se ve inmerso en un proceso de recaudación de fondos para cumplir su sueño y poder costearse una herramienta que podría abrirle las puertas de la élite.
“Tuve un encontronazo con la mutua de la empresa en la que tuve el accidente. En un principio iban a costearme la prótesis deportiva, pero la Justicia ha sancionado a la mutua en otro caso por comprar material deportivo a otro accidentado. Al parecer no pueden emplear ese dinero para nada que no sea cubrir necesidades básicas”, lamenta Ángel.
La complicación llega porque el gallego ya había adquirido la prótesis con la confianza de que todo estaba solucionado. El varapalo supone no poder hacer frente a ese gasto extraordinario, por lo que ha tenido que recurrir a una campaña de crowdfunding. Cabe destacar que desde el accidente Ángel no ha tenido compensación económica alguna y todavía se encuentra inmerso en litigios por las indemnizaciones que deberían haberle correspondido por el suceso y las secuelas.
“Van a cumplirse dos años del accidente y estoy a espera de juicio por la indemnización. No he visto ni un euro”, censura. La Federación le ayuda con sus viajes, entrenamientos, el alojamiento… Pero ahora necesita un empujón para poder asumir los 10.000 euros que cuesta la nueva prótesis. Sin ella, advierte, tendrá que abandonar el programa. La campaña, que se viralizó desde que publicó un vídeo en su cuenta de Instagram explicando su situación desesperada, está comenzando a dar sus frutos y ya hay recaudados cerca de 4.000 euros en una semana, un dinero que lo acerca a su sueño olímpico.
La ayuda está llegando especialmente desde personas anónimas, aunque su principal objetivo con la campaña era conseguir algún patrocinador que pudiese esponsorizarlo y realizar ese desembolso. Es aquí donde se ha encontrado otro escollo: la dictadura de las redes. Sin un gran número de seguidores, Ángel ha visto cómo se cerraban muchas puertas que buscaban más a un influencer que a un deportista comprometido. “Me está ayudando mucha gente, el 99% son apoyos de 10 o 20 euros. Mi intención es que, si finalmente alguna empresa quiere ayudarme con el patrocinio, el dinero que me donó la gente les sea devuelto”, afirma.
SEGUNDO DE ESPAÑA; TOP-10 EUROPEO
La firma que se interese por Ángel tiene que saber que sería mecenas de un diamante en bruto. Viene de debutar el pasado noviembre en la Copa de Europa de snowboard cross y en banked slalom, dos modalidades encima de la tabla que hasta ahora le han reportado dos meritorios séptimo y sexto puesto entre una treintena de participantes, a solo tres segundos del primer clasificado.
“Para ser mi primera vez y con una prótesis inadecuada fue un resultado bastante bueno. Quedé muy contento”, subraya. Tras este ilusionante estreno llegó un segundo puesto en el campeonato nacional, que no hace más que reforzar su proyección con vistas a mejorar los resultados en las próximas semanas, donde le esperan seis carreras más del torneo continental.
“Intento dar todo lo que puedo de mí. Me fijo en los rivales y los sigo en redes. Trato de aprender, ver en qué fallan, en qué los puedo cazar…los estudio mucho”, expone sobre su método de trabajo. Otro aspecto clave de su día a día es servir de ejemplo para otros, haciendo un poco de divulgación con sus progresos y su rutina.
“Me gusta hacerlo por si otros en mi misma situación puedan ver que pueden aspirar a hacer cualquier deporte. No importa si surf, si snow, si tiro con arco. Yo me hacía esas mismas preguntas, si algún día iba a poder. Todos me decían que no, que no me hiciera esas ideas. Y mira ahora”, sentencia.
“Esto me salvó. Es lo que hace que tenga la cabeza despejada y contenta. Sentirme activo, conseguir logros casi todos los días…el deporte me está ayudando muchísimo”, reconoce Ángel, que no pierde de vista el objetivo, los Juegos Olímpicos de Invierno de Milán-Cortina d'Ampezzo 2026, la meta que se marca el gallego. “Ese es mi sueño. Pinta bien. Si no hay lesiones ni nada raro todo apunta a que puedo llegar. Es el gran objetivo y estoy poniendo todo mi empeño en ello. Ojalá pueda ser”.
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