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Cornbread, primer grafitero del mundo: "El grafiti tiene un arte que no se lee, no quiero llamarlo vandalismo"

Darryl MacCray es el precursor del 'taqueo', el graffiti de firmas, que llegó a estampar en el avión de los Jackson Five

Cornbread, considerado el primer grafitero del mundo, firma antes de dar una conferencia en la Cidade da Cultura, en Santiago de Compostela

Darryl MacCray es el precursor del 'taqueo', el graffiti de firmas, que llegó a estampar en el avión de los Jackson Five

La Cidade da Cultura acoge este miércoles una conferencia de Darryl A. McCray, conocido internacionalmente como 'Cornbread' y considerado el primer grafitero contemporáneo del mundo, uno de los "pioneros" de este movimiento artístico.

El 'writer' -- así prefiere que lo llamen en vez de grafitero--, de 72 años y procedente de Filadelfia, rehúsa utilizar la palabra "vandalismo" para referirse al grafiti y pone el foco en su vertiente artística. "El grafiti tiene un arte que en algunos casos no se puede leer. No quiero llamarlo vandalismo solo porque algunos lo hagan. Todo es arte", afirma en declaraciones a Europa Press.

Enmarcada en la conmemoración del 60 aniversario del nacimiento del graffiti moderno, la charla se ha celebrado a las 17,00 horas en el Auditorio 1 del Edificio CINC, donde el artista ha compartido su historia acompañado por Seor, autora del primer grafiti gallego pintado en Pontevedra en 1984.

Minutos antes, 'Cornbread' atiende a Europa Press y rememora sus inicios, terapéuticos y sin afán artístico, en el mundo del grafiti. Darryl McCray adoptó su apodo en la adolescencia, en referencia al pan de maíz que le hacía su abuela cuando él se encontraba en un centro de menores, en 1965.

En aquel lugar escribió su nombre por todas partes: en la cafetería, en la sala de visitas, en el gimnasio y hasta en la iglesia. Desde el centro, recuerda, le dieron un ultimátum: o limpiaba las pintadas o le castigarían, pero no cedió. "No podían controlarme. Cuando me dejaron salir, seguí pintando una y otra vez. Y me enviaron al psiquiatra, que quería saber por qué estaba haciendo eso. Dije: "Voy a incendiar el mundo (...). Todavía no has visto nada, cuando salga de aquí, leerás mi nombre", relata.

Reconoce que en aquel momento la reputación era muy importante para sobrevivir en un lugar dominado por las pandillas -- a las que ayudaba escribiendo cartas a sus novias--. Esas 'firmas' le granjeaban el respeto que necesitaba.

'CORNBREAD' EN EL AVIÓN DE LOS JACKSON FIVE
McCray regresó a casa en 1967 pero no abandonó las firmas, que empezó a dejar en las rutas de autobús. "Hice que Filadelfia leyera sobre mí. Escribí mi nombre todos los días, en todas partes. Mi madre murió, mis abuelos murieron, y esa fue mi terapia. Escribí 'cornbread' en todas partes".

Aunque sin saberlo, su nombre marcó el inicio del 'tagging', 'taqueo' en español, y del grafiti moderno en 1965, un fenómeno que se expandió de Filadelfia a Nueva York y de ahí a Europa y al resto del mundo.

Con todo, entiende que en un primer momento se considerase vandalismo, aunque incide en la vertiente artística actual. "En algunos casos el grafiti tiene un arte que no se puede leer. No quiero llamarlo vandalismo solo por ciertos tipos que lo hacen. Todo es arte", ha aseverado.

La prueba de su componente artístico, ha continuado, es que se encuentre este miércoles en Santiago y que continúe viajando por América y Europa para dar conferencias sobre esta técnica. La diferencia, ha señalado, es que "ahora se ha mejorado mucho porque se ha convertido en arte mainstream lo que antes era underground".

Cornbread bromea sobre las miles de veces que ha podido estampar su firma en muy diversos lugares, algunos tan únicos como el avión del grupo estadounidense Jackson Five; momento que recuerda con cariño.

"Georgie Woods, un DJ de radio, anunció que los Jackson Five vendrían a hacer un espectáculo en Filadelfia y que si querías autógrafos podías ir al aeropuerto internacional de Filadelfia (...). Fui allí y llegó el avión y todos se pusieron como locos gritando. Cuando Michael Tito, Marlo, Jackie y Jermaine bajaron las escaleras, fue un caos total. Ahí fue cuando subí las escaleras y escribí mi nombre en el avión. Pensé en escribir mi nombre en varios aviones, pero sé que si solo escribiera en el avión de Michael Jackson o en el de los Jackson Five, eso valdría la pena", cuenta.

Además de usar caligrafía "muy característica" al dejar su nombre escrito en las calles, también fue uno de los primeros en incorporar elementos que luego se harían populares entre los artistas del grafiti, como las coronas y los elefantes, que muestran Bansky y Basquiat, por ejemplo.

Más allá de su aportación, Cornbread celebra la evolución del mundo del grafiti. "Ha crecido a pasos agigantados. Es un movimiento internacional. Gente de todo el planeta Tierra se involucra en el grafiti", concluye.

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