Reforman el vestuario femenino de las guardia civiles en el cuartel de Oleiros y no ponen ni retrete

La Comandancia de la Guardia Civil de A Coruña encargó la "reparación acondicionamiento estancia planta sótano para vestuario femenino" a principios de 2022.  La obra se entregó antes del verano pero el confor de los nuevos vestuarios es a tenor de las imágenes por lo menos mejorable.

La labor de la adjudicataria puede no ser la causa principal, visto el rácano presupuesto asignado. La Guardia Civil destinó a penas 4.991 euros. El resultado es un vestuario sin ninguna luz natural, con una sola ducha, con un radiador eléctrico como fuente de calor y, lo que es más sangrante, sin retrete.

Al ser por menos de diez mil euros, la Comandancia pudo encargar la obra a dedo, discrecionalmente, tirando de su propia caja, con la que puede abordar pequeñas obras que entiende urgentes. Ni siquiera tuvo que tramitarla como un contrato de obra menor, como hubiera sido imprescindible en cualquiera otra administración.

Los contratos menores no son un dechado de transparencia, pero al menos en teoría hay que pedir tres presupuestos, aunque no se haga un concurso público. En las obras de la Guardia Civil de menos de 10.000 euros, el contrato es directamente a dedo. A menudo se tira de la misma empresa que lleva haciendo esos trabajos desde siempre, lo que lastra la competencia y, por lo tanto, los resultados.

La obra del Cuartel de la Guardia Civil de Oleiros fue realizada por un autónomo lucense que antes había sido directivo de una constructora en A Coruña. No tiene relación alguna con el Caso Tito Berni - Caso Cuarteles.

Al hilo de los escándalos que salpican la imagen del cuerpo, la Asociación Unificada de Guardia Civiles (AUGC) reclama "una auditoría interna de todos y cada uno de los contratos de obras en dependencias, centros y acuartelamientos de la Guardia Civil de los últimos diez años". 

En todo caso, el colectivo más numeroso entre los agentes  también advierte que el Gobierno está intetando 'tapar con tricornios' la supuesta corrupción del Caso Tito Berni, que afecta no solo a la Guardia Civil sino también a otras administraciones, aunque por ahora el único encarcelado es un mando del cuerpo militar, el general de la Guardia Civil Francisco Espinosa Navas y también hay un teniente general imputado, el que fue subdirector general de Personal en la Guardia Civil, el Teniente General Vázquez Jarava, por presuntos delitos de cohecho y malversación.

Hay que recordar que de las filtraciones del sumario del caso ha transcendido que las empresas de la presunta trama realizaron dos obras en la Comandancia de A Coruña. Por ahora, se desconoce qué obras en concreto. Eso sí, pudieron ser encargadas a dedo legalmente, pues su montante en conjunto no llega a los 8.000 euros. Fueron por lo tanto, susceptibles de adjudicación totalmente discrecional, como la reforma de Oleiros.

El evidente déficit de transparencia en las adjudicaciones de obras es precisamente, uno de los aspectos que está denunciando la Asociación Unificada de Guardia Civiles. El colectivo demanda que se les permita constituirse como sindicato para así tener más garantías para denunciar abusos. 

¿POR QUÉ LOS GUARDIAS CIVILES NO PUEDEN SINDICARSE?

La razón por la cual los guardias civiles en España no pueden afiliarse a sindicatos se debe a que están sujetos a una ley especial, la Ley de Régimen de Personal de la Guardia Civil. Esta ley establece que los guardias civiles están obligados a mantener una actitud de neutralidad e imparcialidad política, y que no pueden formar parte de partidos políticos o sindicatos. 

Esto los pone en desventaja frente al resto de trabajadores. Los agentes del resto de fuerzas del orden, por ejemplo Policía Nacional,  también tienen limitada su actividad política, pero sí pueden sindicarse en defensa de sus derechos.

Esta restricción se basa en el papel que desempeña la Guardia Civil como cuerpo todavía militar, a pesar de cumplir una labor que es, fundamentalmente, de seguridad ciudadana y orden público.

Esta restricción ha sido objeto de críticas generalizadas, ya que gran parte de los agentes consideran que los guardias civiles deberían tener los mismos derechos sindicales que otros trabajadores en España. Sin embargo, por ahora ningún gobierno ha prometido valorar siquiera reformar la Ley de Régimen de Personal de la Guardia Civil en este sentido.