Fernández Albor, el primer presidente de la Xunta, cumple 100 años
"Es en Galicia lo que Adolfo Suárez en la Transición en España", afirma Miguel Tellado sobre la figura del que es presidente de honor del PPdeG.
Albor, con Feijóo en una foto de archivo.
El presidente que echó a andar el autogobierno en Galicia, Gerardo Fernández Albor, el único contra el que hasta ahora ha prosperado una moción de censura en el ámbito autonómico, celebra el siglo de vida con el cariño y reconocimiento de su entorno y de su partido, el PPdeG, del que es uno de los militantes más longevos.
Difícilmente podría Albor imaginar el actual panorama político cuando en enero de 1982 pronunció su primer discurso de investidura, en el que subrayó, entre otras cuestiones la "fidelidad" al modelo autonómico y también a la Corona, como símbolo de "la unidad y permanencia del Estado Constitucional".
Tampoco cuando, algunos años después, en 1987, una moción de censura lo apartó del poder y se despidió citando al líder de Esquerra Republicana de Catalunya, que presidió la Generalitat durante la República y que fue fusilado en el franquismo, Lluís Companys.
PERFIL GALLEGUISTA
Ligado a partidos de derechas --él se ha autodefinido públicamente como católico de derechas--, pero con perfil galleguista, las reivindicaciones autonomistas no faltaron en sus discursos parlamentarios, como refleja la obra editada recientemente por el Parlamento de Galicia que los recopila y cierra con la intervención de Albor del 23 de septiembre de 1987, durante el debate de la moción de censura que le apartó del poder.
Recién cumplidos los 70 años, dejó la Presidencia en manos del socialista Fernando González Laxe reivindicando "el deber cumplido" y, reacio a las etiquetas ideológicas, para animar a los suyos, no tuvo reparos en citar a Companys.
"En estos momentos de la lucha política, recuerdo que en unos momentos tristes de la historia de España decía un político catalán, en momentos bastante más graves y tristes que los de ahora incluso para mí. Decía 'tornarem a lluitar', 'tornarem a sofrir', 'tornarem a vencer'. Volveremos a luchar, volveremos a sufrir y volveremos a vencer. Eso es lo último que les digo yo a mis compañeros de Coalición Popular y al pueblo de Galicia", despidió Albor su cargo.
EL ADOLFO SUÁREZ GALLEGO
Amigos y dirigentes que han trabajado al lado de Albor reivindican su perfil "galleguista", su "mesura" y creen que Galicia "debe mucho".
El líder del PP gallego y presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien habla a menudo con Albor y recientemente lo ha visitado en su casa, ha definido al veterano mandatario como "una persona entrañable".
El secretario general del PPdeG, Miguel Tellado, ha manifestado que la figura de Albor "trasciende la categoría de dirigente del PP" y las siglas, dado su papel en el desarrollo de la autonomía. "Es en Galicia lo que Adolfo Suárez en la Transición en España", ha remarcado.
Convencidos de que su labor "debe y será reconocida" por Galicia, la fecha del cien cumpleaños del expresidente no quedará en el olvido de los populares, que avanzan "algún gesto" con quien comparte con Mariano Rajoy la distinción de presidente de honor del PPdeG.
AÑOS DE GOBIERNO
El paso hacia la política lo dio de la mano de Manuel Fraga, al concurrir a las primeras elecciones autonómicas de octubre de 1981 como candidato de Alianza Popular (AP).
Tras ganar los comicios, de los que salió un Parlamento en el que entraron seis organizaciones que fructificaron en cuatro grupos --AP, centristas, socialistas y grupo mixto--, fue investido presidente en enero de 1982 y echó a andar el autogobierno. Repitió a finales de 1985 como candidato de Coalición Popular, en la que junto a AP se integraron otras fuerzas como Centristas de Galicia, y de nuevo logró la victoria.
El nuevo éxito en las urnas, sin embargo, precedió a un año de inestabilidad política en su Gobierno, que culminó en octubre de 1986 con la dimisión de su vicepresidente, Xosé Luis Barreiro Rivas, y de otros cinco conselleiros.
Manuel Fraga le apoyó y él sumó a Rajoy como vicepresidente para intentar mantener el Ejecutivo, pero una moción de censura se cruzó en su camino, siendo la única que ha prosperado a nivel autonómico en Galicia hasta el momento, y situó en septiembre de 1987 a González Laxe como nuevo presidente.
SIN DEJAR LA POLÍTICA Y LA VIDA PÚBLICA
Pero la marcha de la Xunta no supuso para Fernández Albor el abandono de la política. De hecho, el mismo año en el que Fraga recuperaba el Ejecutivo autonómico para el PP, el primer presidente autonómico elegido en las urnas entró en la Eurocámara y presidió en la primera etapa la Comisión creada para la reunificación de Alemania.
Años más tarde, en 2007 fue el primer expresidente en pedir el ingreso en el Consello Consultivo, cargo que ocupó, además de acudir cada día a su despacho en el centro de Santiago, mientras que la salud se lo permitió.
El PPdeG, con Feijóo al frente, lo reconoce como "ejemplo" y siempre ha contado con él en sus actos públicos. De hecho, antes de las últimas elecciones autonómicas, el actual presidente de la Xunta decidió pasar su jornada de reflexión en compañía del veterano ex mandatario en la capital gallega.
Albor será homenajeado en un simposio que analizará en Santiago su figura y su tiempo a mediados de mes. Mariano Rajoy tiene previsto, en el marco de la clausura del mismo, entregarle en persona la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.
Escribe tu comentario