No hace demasiado tiempo, en noviembre, Carles Puigdemont decidió que ya no le era útil el Consell de la República
Lo malo del sistema es que el dinero se destina a los medios de comunicación “públicos” que están al servicio de los intereses del gobierno de turno, o de las causas que ellos representan, y ejemplos en Catalunya hay demasiados. El riego de dinero a través de la publicidad o de subvenciones a los medios amigos es más que evidente, lo que significa que eso de la democracia, la pluralidad informativa y aceptar las críticas es un espejismo cada vez más presente, para desgracia de la democracia.
Los dos Tonis, Comín y Cantó vuelven a ser noticia, es lo que buscan en su acaecer diario.
La función del buen político debería volver a recuperar el rigor, la pulcritud que tuvo en otros tiempos no tan lejanos. No sirve ya que los dirigentes se rodeen de estómagos agradecidos.
Suceda lo que suceda, Puigdemont y Comín van a terminar el año mejor de lo que lo empezaron. Lo que les esperan a los dos políticos huidos en este 2020 es cosa de la justicia y de la política.
La sentencia del TJUE permite a Puigdemont y Comín recoger sus actas de europarlamentarios. Lo mismo podrá hacer Junqueras. Eso no implica que se anule el juicio, que el dúo “belga” vuelva a Catalunya y que Junqueras salga a la calle. La sentencia no va de eso.
Con la marcha de más de 5.000 empresas y las perspectivas económicas, lo que pretende Toni Comín es hundir más a la Catalunya que dice defender.
Hay personas que tienen la habilidad de mantenerse en la vida política suceda lo que suceda.
Tengo al fugado Toni Comín por un cambia-chaquetas incurable y me suena raro que se deje grabar involuntariamente los mensajes que le envíe su ya único protector, el propio Puigdemont.
Toni Comín, el exconseller de sanidad huido a Bruselas, cada día suelta alguna frase lapidaria, para seguir estando presente en los medios de comunicación.
Desde su más que pasmoso nombramiento, el titular de la Conselleria de Salud, Toni Comín, no ha dejado de sorprendernos por sus decisiones, por su postura ante determinados temas y por el incumpliendo de sus promesas. Tal es el enfado, que los sectores afectados por las mismas empiezan a levantar las voces de denuncias.