El Govern de la Generalitat está siempre reclamando más recursos, no es el único que lo hace, para poder llevar a cabo sus proyectos que en teoría benefician a las personas, todas. Es normal que lo haga si considera que no se cumple lo pactado. Los presupuestos y los acuerdos hay que cumplirlos por parte de todos, lo mismo que las leyes. La cuestión viene planteada cuando hay determinados recursos que se emplean para otras cosas que solo benefician a la “clientela” del partido que gobierna. Eso lo hemos visto y sigue en la actualidad con la misma “estrategia”, poco democrática, por cierto.
Lo malo del sistema es que el dinero se destina a los medios de comunicación “públicos” que están al servicio de los intereses del gobierno de turno, o de las causas que ellos representan, y ejemplos en Catalunya hay demasiados. El riego de dinero a través de la publicidad o de subvenciones a los medios amigos es más que evidente, lo que significa que eso de la democracia, la pluralidad informativa y aceptar las críticas es un espejismo cada vez más presente, para desgracia de la democracia.
El dinero falta para sanidad, servicios sociales y una larga lista que la gente conoce de sobra porque les afectan directamente. Mientras eso sucede Catalunya Radio, la bien pagada, y su “estrella” de la mañana, Laura Rosel, se desplaza a la tierra de las coles pequeñas, para entrevistar al huido, al cambia ideologías, Toni Comín, un personaje digno de estudio sociológico, aunque es fácil la conclusión: dinero, poder y presencia mediática, esos son sus objetivos, sus declaraciones, sus objetivos son solo el envoltorio del producto. Comín no pierde el tiempo en los partidos que no le reportan nada, solo hay que mirar su paso por tres partidos antes de recalar en JxCat: Ciutadans pel Canvi, PSC, ERC. Cuatro partidos en busca de quien le dé más.
Laura Rosel es una periodista ideológica, defensora de una sola causa: el independentismo, sus líderes y su entorno. Lo demás, no existe, ni la pluralidad ni nada que se le parezca: decide que hay que entrevistar a Comín, y a cuenta de los impuestos de todos, se marcha a Bruselas o sus alrededores, donde vive el huido y este larga de lo lindo hasta, incluso de sus antiguos “compañeros” de ERC, que es lo mejor que sabe hacer. Hay que darle jabón a su jefe Puigdemont, otro que se aprovecha de su excargo de presidente, dispone de oficina como tal y lo que hace es campaña que nada tiene que ver con los objetivos de su oficina de expresidente.
Mientras, el resto de los huidos no se quedan cortos. Siguen con sus campañas de apoyo a la “independencia” y lo hacen desde la comodidad de estar protegidos y cobrar de dinero público en el Parlamento Europeo, donde aprovechan sus escaños para seguir dando la matraca, aunque mucho caso no les hacen.
Dinero no hay suficiente para los servicios que afectan a todas las personas, pero sí para alimentar a TV3, con algunos mal llamados periodistas que se dedican a insultar y provocar a los que no piensan como ellos. Como es el caso de Catalunya Ràdio, que van a tierras coleras para dar presencia a Comín y otros que lo único que hacen es provocar. Ya es hora de que se tomen cartas en los asuntos que utilizan el dinero público para las cosas ideológicas y no en beneficio de la ciudadanía. Decía el periodista, político y escritor gallego, Cándido Nocedal que “en el mundo suele llamarse habilidad a la falta de vergüenza”.
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