Los primeros datos apuntan a que no era una conductora kamikaze sino una persona que sabía excedido en el consumo de alcohol.
Parece que la mayoría de los casos es puro despiste o carencia de las facultades psicotécnicas mínimas para ponerse detrás de un volante, no son personas que pretendan hacerse daño o perjudicar a los demás. Su actuación, con todo, no deja de ser muy peligrosa y a menudo tiene desenlace fatal.
Es el cuarto episodio conocido de conductor circulando por autovía o autopista en sentido contrario en los dos últimos meses en Galicia.
Los otros dos heridos, que son miembros de un matrimonio siguen hospitalizados en el CHUAC de A Coruña. El hombre está menos grave con un traumatismo torácico, pero su esposa se encuentra grave en la UCI tras un gran golpe en el abdomen.
La Policía Nacional de Vigo ha detenido este miércoles a un conductor de 34 años de edad y de nacionalidad portuguesa como presunto autor de un delito contra la seguridad vial, tras protagonizar una espectacular fuga por la autovía A-55, por la que llegó a circular unos 14 kilómetros en dirección contraria.
Su padre había interpuesto una denuncia hace cuatro días en Ribeira. Hoy ha conducido en sentido contrario por la Autovía do Barbanza hasta colisionar con otro coche. Investigan si iba borracho o drogado.
Le retiraron el carné de conducir en el momento y puede no recuperarlo en cuatro años.
Los servicios de emergencias tuvieron que excarcelar a los dos heridos, uno en cada coche.
Una patrulla lo vio dar la vuelta y arrancar "en dirección a Ferrol por los carriles sentido A Coruña". Estaba desorientado y terminó en el hospital.
Chocó de frente contra otro coche en la AC-12, la autovía que une A Coruña con la N-VI. Una mujer está grave.
No irá a la cárcel por no tener antecedentes.
Conducía borracho y acabó siendo detenido a la altura de Caldas tras recorrer al menos unos 30 kilómetros en sentido contrario.
Chocó de frente contra otro coche, cuyo conductor está grave en el hospital compostelano.
El varón, de 80 años, señaló a los agentes que intervenían "de que estaba convencido que era él el que circulaba correctamente".
A condutora é unha veciña de Boiro de 66 anos que tiña o permiso de conducir caducado e non superaba as probas psicotécnicas preceptivas para a renovación.