Transitaba por la carretera N-120 a la altura del kilómetro 484 cuando cayó por un puente en el lugar del Soldón.
El conductor, de setenta años, se estaba incorporando por el peaje de Torneiros-O Porriño en dirección opuesta a la de la circulación.
Estaba consciente, pero no podía salir porque el coche había quedado en una posición peligrosa. Una ambulancia lo llevó al hospital.
No tiene carnet, triplicaba la tasa de alcoholemia, llevaba a dos niños de corta edad en un coche sin papeles ni seguro.
La Guardia Civil consiguió dar el alto al conductor, de origen ruso, que sextuplicaba la tasa de alcohol máxima permitida.
El helicóptero medicalizado con base en Ourense se movilizó al lugar, pero el hombre no pudo ser reanimado.
Dio 0,23 miligramos por litro de aire en la prueba, cuando el límite para los conductores profesionales está en 0,15.
Al sobrepasar la velocidad máxima permitida en esa vía en 104 kilómetros por hora, al conductor se le investiga por un supuesto delito contra la seguridad del tráfico.
Otro conductor interceptado en Foz está siendo investigado por circular con un permiso que no estaba en vigor y tener la ITV caducada, hecho por el cual ya había sido imputado en 2015.
Antes de la una de la madrugada, la Guardia Civil consiguió cortarle el paso tras varios kilómetros detras de él.
El varón, de 80 años, señaló a los agentes que intervenían "de que estaba convencido que era él el que circulaba correctamente".
La policía le dio el alto pasadas las cinco de la madrugada cerca del Estadio de Balaídos.
Circulaba en sentido A Coruña por los carriles estipulados en sentido Ferrol y se negó a acatar la orden de Tráfico de inmovilizar el coche.
El vehículo no detuvo la marcha a pesar de dejar una persona herida. El suceso se produjo en la carretera de Adina.
Cuando la patrulla formulaba la denuncia por mal aparcamiento apareció el conductor, que se identificó con los datos de su hermano puesto que tenía el carné intervenido.
Una patrulla lo vio de madrugada circulando por dirección prohibida y de forma temeraria. Cuando le ordenaron parar se dio a la fuga hasta que otra patrulla le cortó el paso.
Acúsaselle dun presunto delito contra a saúde pública.
O condutor mostrou signos de estar desorientado, carente de reflexos e sen intencionalidade de circular en dirección oposta.
A investigación está convencida de que non foi un despiste, pero aínda se descoñecen os motivos.
El agresor, visiblemente drogado, según la Policía, le recriminó que circulase en sentido contrario de madrugada en la urbanización. El herido está "menos grave".