¿Cuánto pueden cambiar las actitudes de los británicos de cara al voto en el próximo referéndum del día 23 sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea? Nadie lo sabe. Los cálculos son inciertos y hasta cabalísticos. Los márgenes de las encuestas entre quienes se inclinan por el abandono (Brexit) y por la permanencia (Brin) son tan pequeños que cabe aventurar escenarios dispares. Tanto por el ‘sí’ como por el ‘no’.