El Senado insta al Gobierno a sacar al lobo al norte del Duero del LESPRE con votos de PP, Vox, PNV, Junts y UPN
El Senado ha instado al Gobierno a iniciar de forma inmediata los trámites para que las poblaciones del lobo al norte del Duero salgan del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) con 156 votos a favor (de PP, EAJ-PNV, Junts, Vox, Unión del Pueblo Navarro (UPN); 92 en contra (PSOE, BNG, Compromís, Más Madrid); y once abstenciones (EH Bildu, ERC, Geroa Bai, Agrupación Socialista Gomera.
La iniciativa, votada en sus propios términos, es una moción registrada por la Comisión General de las Comunidades Autónomas de la Cámara Alta y pide además la derogación de la Orden que incluye a todas las poblaciones del lobo en el LESPRE. Por otro lado, también exige revisar la Estrategia española de conservación del lobo ibérico para que se adecue a los datos de los censos actuales. En este sentido, reclama que se apruebe una nueva estrategia con el consenso de las comunidades autónomas.
El texto hace referencia a la posición del Convenio de Berna, del que forma parte la Unión Europea (UE), y que en diciembre votó a favor de modificar el estatus del lobo de 'estrictamente protegido' a 'protegido', decisión que entró en vigor el próximo 6 de marzo. Al parecer de la Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado, este nuevo posicionamiento de la UE "es totalmente contrario a la posición terca y sin ningún respaldo científico del Gobierno de España y, en concreto, de la exministra Teresa Ribera".
Según señalan en la iniciativa, la consecuencia de la inclusión del lobo en el LESPRE ha sido el "descontrolado aumento" de su población y de los ataques de la especie a la ganadería. Esto ha desenvocado a su vez en una "situación límite" para la población rural y, más en concreto, de los ganaderos, que ven cada día mermar sus rebaños a consecuencia del ataque de los lobos.
De acuerdo con la Comisión General de las Comunidades Autónomas de la Cámara Alta, las compensaciones económicas establecidas por los daños no son la solución". "El ganadero no quiere dinero, quiere a sus animales, ocasionándoles la pérdida de los mismos un daño psicológico que pone en peligro la supervivencia de la actividad, provocando el abandono de las explotaciones ganaderas", ha recalcado.
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