Resposta Feminista desde Vigo contra el ozempic: cómo el odio alimenta a las farmacéuticas
El odio a las personas gordas, sobre todo mujeres, fue el acicate para una concentración del colectivo Resposta Feminista contra el uso del Ozempic como medicamento para bajar de peso. Consideran que con el uso de este producto se está reforzando la imagen negativa de las personas gordas dentro de la sociedad. El número de recetas se ha incrementado hasta vaciar estanterías en las farmacias “sin tener en cuenta los efectos secundarios”
La discriminación por gordofobia y el uso indebido de Ozempic para combatir la obesidad son dos temas interconectados que reflejan la compleja relación entre la sociedad y el peso corporal. Así el día 4 de marzo, Día Mundial Contra la Obesidad, mujeres miembros de Resposta Feminista se reunieron frente al Museo Marco de Vigo para protestar contra el uso del medicamento Ozempic como método para combatir el sobrepeso y la obesidad. El propio colectivo recuerda que este producto recibió el Premio Príncipe de Asturias 2024 “no por el motivo real de su creación: combatir la diabetes”, sino por “la gran proeza de hacer perder peso” a las personas gordas. Como si se intentara “borrar aquello que es feo en la sociedad” dice Alba Cobo, miembro de Reposta Feminista.
GORDOFOBIA
La gordofobia, definida como el rechazo, odio o discriminación hacia las personas con cuerpos “no normativos”, afecta desproporcionadamente a las mujeres. Este fenómeno perpetúa estereotipos de género incluyendo la cosificación de la mujer. Alba Cobo señala que la godofobia acentúa la presión sobre los profesionales médicos para que estos incrementen el número de recetas de Ozempic. Por otro lado, el o la profesional médica se encuentra en una posición “de poder” y expide una receta a una mujer que “se siente vulnerable” y acepta la toma de la sustancia para “corregir el hecho de que seamos gordas y encajar en sus moldes”.
La discriminación a las personas gordas lleva pareja una serie de consecuencias sobre la persona que la sufre. En primer lugar, tenemos el aumento de los niveles de ansiedad y depresión en las personas afectadas. Tanto el bullying escolar como el acoso en el trabajo hace muy difícil llevar una vida diaria normal y, sobre todo, deteriora la autoestima sobre todo de muchas mujeres quienes desarrollan una percepción negativa de sí mismas deteriorando su confianza personal. Así se pueden observar comportamientos como el aislamiento social para evitar ser juzgadas y, algo muy grave, en el mundo laboral estas personas pueden ser apartadas en procesos de selección o enviadas a puestos que no estén cara al público.
Además, la presión social acaba extendiéndose incluso al ámbito médico. En muchos casos, problemas de salud son automáticamente atribuidos al “exceso de peso” sin que medie un diagnóstico adecuado. La falta de empatía médica que a veces se puede encontrar en las consultas refuerza estigmas y genera miedo a buscar atención sanitaria.
OZEMPIC: ¿EL MILAGRO CONTRA LA OBESIDAD?
La farmacéutica Novo Nordisk empezó a desarrollar en 2012 un medicamento para tratar la diabetes tipo 2, el Ozempic. No obstante, su componente activo, la semaglutida, se reveló de forma indirecta como un elemento eficaz en el tratamiento de la obesidad. Más pruebas hicieron ver que podía reducir las posibilidades de sufrir enfermedades del corazón en personas con obesidad. Estos factores sumados han convertido al Ozempic en una “solución rápida” para perder peso.
Por citar solo algunos datos se ha observado una pérdida de peso entre el 5% y el 10% del peso corporal inicial en un año en personas con obesidad. En un estudio entre 2.000 estudiantes se comprobó que en 68 semanas estas personas habían perdido 15kg. El medicamento actúa reduciendo el apetito y crea una mayor sensación de saciedad. Del otro lado están los efectos secundarios negativos como problemas gastrointestinales, parálisis del estómago, baja presión arterial, dificultades para dormir y cefaleas. Incluso se ha señalado un fenómeno ligado a este medicamento: “cara Ozempic”, la sensación de que el rostro de la persona tratada ha envejecido al adelgazar rápidamente.
“No se dice nada de las 162 personas que murieron en Estados Unidos a causa del Ozempic” dice Cobo. La presión social y una solución inmediata hacen que el consumo se haya disparado e incluso se pueda estar usando muchas veces de forma indiscriminada y sin las precauciones debidas. Y esto sin abordar las raíces del por qué hay personas gordas, con obesidad mórbida o problemas metabólicos derivados del actual ritmo de vida. Resposta Feminista habla de “infantilización” de las personas gordas, como seres de segunda y, sobre todo, las mujeres sufren doble discriminación: por mujeres y por gordas.
Es necesario, aseguran desde este colectivo, un cambio de actitud social además de que no se administre este medicamento sin supervisión médica. Por otro lado, combatir la gordofobia requiere un cambio cultural profundo cuestionando los ideales estéticos impuestos por el contexto social así como promover una educación basada en el respeto a la diversidad corporal.
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