¿Se terminará el enfrentamiento de jueces, gobierno y partidos políticos?

La justicia, o mejor dicho quienes la aplican a través de las leyes, los jueces, andan ya demasiado tiempo siendo protagonistas en los medios de comunicación, cuando la discreción debería ser la norma  en su  trabajo diario. Sus señorías, no la mayoría, se erigen en protagonistas frente al gobierno, y en más de una ocasión las discrepancias se han hecho públicas, incluso se han echado un pulso en el que las dos partes quieren salir ganadoras. ¡Vaya temporada y vaya espectáculo el que están dando! Eso también es fruto de demostrar quién es el que tiene más poder y cómo llega a ejecutarlo haciendo ostentación del mismo.

En el Consejo General del Poder Judicial, por fin, después de cinco años con su mandato agotado por la falta de acuerdo entre los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, por fin consiguieron un pacto forzado por la presión de la UE. Al final se consiguió nombrar a la presidenta del CGPJ y la presidenta del Tribunal Supremo, Isabel Perelló. Fue hasta esa fecha un tira y afloja, unas acusaciones casi diarias, entre el gobierno, sus señorías, y el PP. No es casualidad porque, amén de otras cuestiones, el procés y sus “afluentes”, el juicio deldel mismo, los indultos, la amnistía y su aplicación, han sido aderezadas con las declaraciones de los implicados en el mismo - los indultados-, poniendo de vuelta y media a los jueces con la ya histórica frase “lo volveremos hacer”. Los “piropos” que se han propinado, y continúan, no han ayudado mucho a relajar la tensión. Sus señorías, en algunos casos no han sido, ni siguen siendo, unas hermanitas de la caridad.

Por si fuera poco, los casos Koldo y el juicio a Begoña Gómez, esposa del presidente del gobierno, han echado más leña al fuego, como si no hubiera ya suficientes incendios. ¿Los jueces están haciendo política? Como cualquier ser humano. Más de uno cae en la tentación y la balanza se inclina a la derecha o la izquierda, ideológica. No debería ser, pero los hechos demuestran que es así. Alguien dijo que “buena es la justicia si no la doblara la malicia”. Porque no solo basta con parecer que ejercen la independencia, imparcialidad, objetividad, sino que además hay que hacerlo. Muchos están convencidos, como Gonzalo Torrente Ballester, que “es horrible eso de tener siempre un juez delante”.

Con este escenario de división en el mundo judicial, más los enfrentamientos con el gobierno y partidos que los sustentan, que han generado situaciones de mucha tensión, están dejando a la ciudadanía con una sensación de desconfianza y poca credibilidad, lo que lleva a una falta de respeto. Están dando todos juntos un espectáculo deplorable: Los jueces no pueden ser los reyes del Mambo y el gobierno el martillo de herejes. La ciudadanía lo que quiere es seguridad, justicia, protección y ser atendidos. Que unos y otros  hagan sus respectivos trabajos, algo que debería ser obvio.

El gobierno a gobernar, sin hacer ostentación de su poder. Los jueces a impartir justicia, los partidos a pasar de pirómanos a bomberos, la ciudadanía a dejar de tener tantos sobresaltos y recibir ejemplos tan pocos gratificantes de sus representantes. Hay que dejar de dar tantos espectáculos que le están quitando trabajo a los actores.