Pedro Sánchez, aparentemente, tiene una salud de hierro tras todos los acontecimientos que están sucediendo, que le afectan directamente como presidente del Gobierno. No hay día que no tenga uno o más sobresaltos. Esta situación será la tónica que va a tener a lo largo de lo que dure la legislatura. Es la legislatura del Dragón Kan. Así que el presidente del gobierno debe cuidarse mucho.
Hay un refrán popular que ahora no se utiliza demasiado pero que es muy gráfico “Éramos poco y parió la abuela”. Si las dos mujeres de Podemos ya no forman parte del Gobierno y parecía que la unión con Sumar sería mucho más tranquila, ahora viene Yolanda Díaz e intenta marcar perfil propio. Quizás porque las elecciones gallegas están ahí y las europeas a la vuelta de la esquina, con las encuestas que no les son muy favorables. Así que, al menos hasta después de los dos comicios Sumar seguirá dando guerra. Después ya se verá. No obstante, Pedro Sánchez tiene ahí a sus “socios de conveniencia” para que en cada ocasión que quiera aprobar algo, le pasen la factura, muy alta, por cierto.
El mismo día en que el presidente Sánchez se reunía en Davos con los empresarios para intentar “limar “asperezas e intentar reconciliarse con ellos, la vicepresidenta segunda de su Gobierno y líder de Sumar le echaba una mano - ¿al cuello?- anunciando que “toca hablar de los salarios que perciben los altos directivos de las empresas”. Según Díaz la sociedad española - ¿la ha consultado?- no quiere que un directivo cobre 14.000 euros al mes. Unas declaraciones que en el empresariado se interpretan como un intervencionismo excesivo que es más propio de países con regímenes autoritarios. ¿Tiene que topar el Gobierno los salarios en las empresas privadas? Es evidente que no.
Yolanda Díaz le tiene manía a los empresarios, no solo se le nota, sino que lo manifiesta con sus acciones .El pacto del SMI lo hizo solo con los sindicatos. Mientras los representantes de los trabajadores pedían una subida del 4%, y los empresarios apostaban por un 3%, ante la negativa de la CEOE, ella para chafarle la guitarra, impuso el 5% de subida. Para esa decisión, ni siquiera consultó al comité de expertos que designó para que le asesoraran sobre el SMI. Ella está por encima de todos, considera a los empresarios como los enemigos de los trabajadores, cuando son generadores de empleo, de riqueza. ¿Es consciente de que está en el siglo XXI?. Decía Foucault que “no hay gloria en el castigar”.
Me imagino la cara que había puesto Pedro Sánchez al conocer la ayudita de su vicepresidenta, Yolanda Díaz, con su propuesta de entrar de lleno en esa materia que sólo corresponde a las empresas. ¿Propondrá también que se bajen los salarios -con dietas, gastos de representación, etc.- a sus señorías y eurodiputados? Seguro que no. El intervencionismo y los salvadores de la patria, sean de cualquier ideología, son un insulto a la inteligencia y a la libertad.
Así que presidente Sánchez, no le arriendo las ganancias con la tropa que tiene a su lado y alrededores: Sumar, Podemos, ERC, Junts, Bildu… que en cada momento le pondrán piedras en las ruedas y otros le pasarán la factura y si no, como dice Jordi Turull: “Colorín colorado… esta historia se ha acabado”.
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