¡Hagan sitio!, o cómo la Xunta quiere evitar la masificación turística
La masificación en lugares típicamente turísticos en Galicia está propiciando protestas desde sectores de la ciudadanía. Así, los cortes del tráfico en O Hío, las quejas de vecinos en Santiago por el ruido nocturno en los meses de verano o los montículos de piedra “new age” en As Catedrais, son muestras de que algo no va bien en las relaciones turismo-vecindad. Por eso, sectores sociales piden más control para que el patrimonio natural y cultural no se vea afectado
Turismo de Galicia anunciaba en noviembre de 2024 la creación del Observatorio de Sosteniblidad Turística de Galicia. El objetivo es monitorear, observar y decidir qué hacer ante posibles flujos turísticos que puedan transformarse en factor de masificación y con ello buscar respuestas adecuadas ante la afluencia de visitantes para que tanto el patrimonio natural y natural, sobre todo, no se vean afectados. “Busca monitorizar y regular los flujos turísticos para evitar la saturación y promover un turismo sostenible en la región”.
EL OBSERVATORIO
El nuevo observatorio ha sido adjudicado a la empresa Hidria-Ciencia Ambiente y Desarrollo. Esta tendrá un plazo de dos años para diseñar y construir un sistema integral de observación y análisis de la sostenibilidad turística en las cuatro provincias gallegas. Con los datos que se obtengan, se realizarán las políticas turísticas más adecuadas a la situación de cada punto de interés para los visitantes.
En relación a esto, el director de Turismo de Galicia, Xosé Merelles, destacaba que el observatorio busca "dar respuesta a la evolución mundial de la actividad turística" y anticiparse a posibles situaciones adversas provocadas por la falta de regulación en cuanto flujos de visitantes. De esta forma su competencias serán la monitorización de datos turísticos, la evaluación de nuevos destinos para crear nuevos sistemas de regulación de flujos, sensores en las rutas del Camino de Santiago para la observación de la llegada de peregrinos y, por último, el diagnóstico sobre puntos en riesgo de degradación o saturación.
El observatorio analizará variables sociales, económicas y ambientales del sector turístico. Esto incluirá aspectos como la accesibilidad, la conservación del patrimonio, las emisiones, el consumo de agua y la generación de residuos. El objetivo es lograr un equilibrio entre el crecimiento turístico y la preservación del entorno natural y cultural de Galicia.
Todo esto responde a la iniciativa Estrategia de Turismo de Galicia 2030, anunciada por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. Con una inversión prevista de alrededor de 1.000 millones de euros, una “estrategia busca potenciar un turismo sostenible que beneficie a todo el territorio gallego”, según el presidente autonómico. No solo eso, el gobierno gallego propone integrar a la población local en el modelo de gobernanza turística, involucrándola en la toma de decisiones para mejorar la percepción del turismo como factor de crecimiento económico y combatir la posible "turismofobia". Habrá quién interprete esto como “un blanqueamiento de la masificación”.
¿MASIFICACIÓN, QUÉ MASIFICACIÓN?
El comercio local de Santiago, quitando las tiendas de souvenirs, apenas se nutre de la llegada del turista. Los “paquetes con todo incluido” no se fijan en los comercios y establecimientos locales, y eso que la capital gallega recibió en 2023 un millón de visitas.
Preguntado sobre el proyecto de la Xunta de Galicia, desde el Concello de Santiago responden que: “la creación del Observatorio Turístico Gallego va en la línea de trabajo que estamos haciendo en el Concello. Pero queremos pedirle la Xunta que cuente con Compostela, como principal destino turístico del país, tanto en el diseño del observatorio como compartiendo los datos que se obtengan”. Con anterioridad al anuncio de la Xunta, el gobierno local compostelano estaba ya trabajando en un observatorio propio para obtener datos de afluencia. La motivación, en principio era la misma: “buscar un turismo sostenible frente a un turismo de cantidad”.
Otras localidades afectadas por un flujo considerado fuera de lo normal son Sanxenxo y O Grove. Esto ha hecho aumentar los precios de viviendas, alquileres y que el nivel de vida sea casi prohibitivo para los residentes habituales.
Otros lugares como Ribadeo, famoso por la Praia das Catedrais, ha visto en los últimos tiempos avalanchas de personas en este arenal que ha motivado quejas de propios y extraños. El descontrol llegó a tal punto que se generalizó la costumbre de crear cúmulos de piedra con los guijarros del lugar, algo que podría parecer inocente, pero que en realizad puede alterar el ecosistema de esa zona.
“No hablamos de masificación en Ribadeo porque los datos que manejamos no indican una situación así” dice el alcalde Dani Vega. “Sobre el Obervatorio, no veo ningún problema aunque yo soy partidario de una mayor fluidez en el intercambio de datos entre ayuntamientos y Xunta”. De momento, asegura Vega, el turismo que se acerca al norte de la provincia de Lugo no supone riesgo de masificación.
El observatorio no deja a todos y todas contentas, por eso hay voces que siguen pidiendo un turismo más respetuoso y consciente, que valore y proteja el patrimonio cultural y natural de Galicia. Esto implica no solo un cambio en la conducta de los turistas, sino también en las políticas de promoción turística, que “deben enfocarse en la sostenibilidad y el respeto por las comunidades locales”.
Escribe tu comentario