Desplome de las acciones de Stellantis y rumores de despido del CEO Carlos Tavares agravan su crisis
Los mercados han recibido a la baja el recorte de previsiones de Stellantis para el próximo año debido a que el mercado del coche eléctrico no despega. La caída, que ha sido del 14% en las dos bolsas europeas en las que cotiza -París y Roma- ha arrastrado a otros fabricantes europeos. Mientras, la fábrica de Balaídos sigue sin conocer qué modelo sustituirá al Peugot 2008 y el grupo ha empezado a vender recientemente coches de Leapmotor, producidos en China.
El valor de las acciones de Stellantis ha sufrido una gran n la jornada de hoy motivada por la revisión a la baja de las expectativas financieras de la empresa para el año 2024. Este ajuste en las previsiones ha generado preocupación tanto entre los inversores como en el mercado, que observan con cautela el futuro de la multinacional automotriz y también de sus competidores europeos.
En su conjunto acciones de las principales automotrices europeas cayeron casi un 4% este lunes, tras advertencias de grandes fabricantes como Stellantis, Volkswagen y Aston Martin, que avivaron los temores sobre la rentabilidad del sector en un año marcado por la desaceleración de la demanda. Otro factor de la crisis la intensa competencia de fabricantes chinos en el segmento de vehículos eléctricos. Las acciones de Stellantis cayeron un 14% en los mercados europeos.
El fabricante automotriz, que ocupa el quinto lugar en Europa por valor de mercado y posee marcas como Chrysler, Jeep, Fiat, Citroën y Peugeot, atribuyó esta situación al empeoramiento de las tendencias en la industria. En particular, mencionó el incremento de los costos para reestructurar su negocio en Estados Unidos, así como la creciente competencia de China en el sector de los vehículos eléctricos.
La correduría Citi señaló que las dificultades del sector probablemente persistirán en las próximas semanas, "Creemos que la actual debilidad absoluta y relativa continuará en octubre, antes del repunte cíclico anual de noviembre a enero, probablemente impulsado por la aceleración de los recortes de tipos a nivel mundial", comentó Harald Hendrikse, analista de Citi, en una nota dirigida a los inversores.
Uno de los principales factores que han impulsado esta revisión es el desempeño de Stellantis en el mercado norteamericano. La compañía ha enfrentado dificultades en esa región, lo que ha afectado sus resultados globales. Estos problemas, combinados con la ralentización de la demanda y el aumento de la competencia, han puesto presión sobre su operación en un mercado clave.
Adicionalmente, la industria automotriz a nivel global ha experimentado un deterioro en su dinámica, en parte debido a la creciente inflación y a la incertidumbre geopolítica. Este contexto ha afectado a gran parte del sector, y Stellantis no ha sido la excepción.
Según diversos analistas del sector, esta revisión podría influir en la confianza de los inversores a largo plazo, impactando potencialmente en la estabilidad de la compañía en los próximos años.
Frente a este panorama, la evolución de las acciones de Stellantis dependerá de varios factores clave. Entre ellos, destaca la efectividad de las medidas que la empresa implemente para corregir sus problemas en Norteamérica y mejorar su rendimiento global.
Carlos Tavares, el carismático y polémico CEO de Stellantis, se encuentra en un punto de inflexión en su carrera. A pesar de haber liderado con éxito la fusión de PSA y FCA, y de haber impulsado ambiciosos planes de electrificación, el ejecutivo portugués se enfrenta a nuevos desafíos que han puesto en el centro de atención su futuro en la compañía.
La reciente revisión a la baja de las previsiones financieras de Stellantis, especialmente en el mercado norteamericano, ha generado cierta inquietud entre los inversores y ha puesto de manifiesto las dificultades que enfrenta la empresa en un entorno cada vez más competitivo. Ante esta situación, la junta directiva de Stellantis ha iniciado un proceso formal para buscar a un sucesor para Tavares, cuyo contrato expira en 2026.
Desplome de las ventas sobre todo en Estados Unidos pero también caída en otras zonas
El deterioro de las expectativas financieras está vinculado en gran parte a la situación en Norteamérica, donde la empresa ha acelerado su plan para reducir los niveles de inventario. Stellantis prevé una reducción de más de 200.000 vehículos enviados a esa región en la segunda mitad de 2024, duplicando su objetivo inicial. Además, planea limitar el inventario en concesionarios estadounidenses a 330.000 unidades para finales de año, una meta que previamente había fijado para el primer trimestre de 2025.
De acuerdo con la empresa, aproximadamente dos tercios de la reducción en el margen operativo están relacionados con estas medidas correctivas en Norteamérica. Sin embargo, Stellantis también atribuye el ajuste a un desempeño de ventas inferior al previsto en la mayoría de las regiones en las que opera, particularmente en la segunda mitad del año.
Además de los ajustes en envíos, la compañía ha anunciado que incrementará los incentivos para vehículos del modelo 2024 y anteriores, junto con mejoras en la productividad a través de la optimización de costes y ajustes en su capacidad operativa. Estas medidas forman parte de su plan para contrarrestar los desafíos del mercado y mejorar su competitividad en los próximos meses.
La revisión de las perspectivas de Stellantis ha generado inquietud entre los inversores, quienes observan con atención las decisiones del grupo en el contexto de un mercado automotriz global cada vez más competitivo y afectado por factores como la inflación y la volatilidad económica.
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