El descenso del CD Lugo y la extinción del último dinosaurio de la Segunda División

Las matemáticas arrojan una declaración dolorosa: oficialmente el CD Lugo es, con su derrota ante el Málaga, el primer equipo de La Liga Smartbank que cae al pozo de la Primera RFEF -a la que nos seguiremos refiriendo así a falta de que se decida si se reestructura de nuevo la categoría, si se vuelve al sistema de la antigua Segunda B o qué pasa con la división de bronce del fútbol español-. Un descenso que se consuma después de una temporada nefasta, en la que nada salió bien y en la que la dirección no estuvo a la altura de las circunstancias a la hora de planificar el curso, construir la plantilla albivermella y reaccionar cuando venían mal dadas. Con la pérdida de categoría la Segunda pierde a su más venerable anciano.

Y es que el Lugo era el último gorila albino. El cuadro de la ciudad amurallada era un dinosaurio que permanecía en la división de plata de forma ininterrumpida desde hacía ya once años, el equipo que más tiempo llevaba sin cambiar de categoría de todos los que competían en Segunda. Ahora Real Zaragoza y CD Tenerife toman el testigo de los lucenses y se convierten en las entidades más longevas de la división previa a la élite del fútbol nacional. 

ASCENSO Y GLORIA

Once años han pasado desde que Quique Setién comandase a un equipo que, con su victoria ante el Cádiz, selló un ascenso histórico a Segunda, con años de gloria para el Lugo y la ciudad. Pelear por los playoff ha sido lo máximo a lo que aspiraron los lugueses, que vivieron tardes mágicas en Segunda y más de un susto, con salvaciones sobre la bocina y bailes de entrenadores en los banquillos, este capítulo especialmente agudizado en los últimos años. 

La crónica de esta muerte anunciada cristalizó el domingo al mediodía ante un rival directo como el Málaga. Los de Iñigo Vélez -cero victorias en siete partidos; ni un solo triunfo en 2023 ni en los últimos 16 choques- claudicaron a la media hora frente a los andaluces. Lo de después se resume en un comunicado del club en el que piden perdón a la parroquia del Anxo Carro y les agradece el apoyo mostrado, con la promesa de volver más pronto que tarde.

¿VOLVER? ¿A DÓNDE?

No obstante, parece una promesa vacía de contenido ya que el futuro del club pasaba por permanecer en Segunda. La fractura entre la directiva y la grada es mayúscula. Tino Saqués no ha sido quién de responder a las necesidades del Lugo y este año se abrió a su venta, que ahora sería a la baja con el club relegado a las catacumbas del fútbol nacional. 

Reconstruir el equipo sin grandes fichajes con una dirección más atenta a otros intereses empresariales que al presente de la entidad se antoja una labor más que difícil si la aspiración es regresar inmediatamente a Segunda. Son tiempos oscuros en 'Anfield Carro', donde los incondicionales nunca caminarán solos, pero ahora toca evolucionar y sobreponerse al meteorito. Si no, la historia del CD Lugo quedará reducida a un fósil, a una pieza de museo y a un pie de página en los libros de historia del fútbol.