Embarcamos con María Oruña en 'El albatros negro': "Tendríamos que detener un poco más la mirada en lo nuestro"
En el marco de la presentación de su último libro en Santiago de Compostela y antes de seguir su recorrido por toda España, la escritora María Oruña (Vigo, 1976) nos permite viajar con ella para conocer 'El albatros negro' (Plaza & Janés), su última novela ambientada en Vigo y con la que viajamos hasta la Galicia de los corsarios y los tesoros ocultos en el fondo del mar. La escritora habla con Galiciapress de temas como el espolio de los pecios hundidos y otro patrimonio, del Vigo del S.XVIII y del espacio que, poco a poco y con mucho merecimiento, se ha abierto en la literatura para las voces femeninas gallegas.
Llevas ya unas cuantas presentaciones a tus espaldas desde la publicación de ‘El albatros negro’. ¿Qué impresiones te estas encontrando entre los lectores?
muy positivas. Cuando voy a las presentaciones, todavía algunos no lo han terminado, pero también me suelen decir que les da pena terminarlo. Eso siempre es un halago.
Para este nuevo trabajo escogiste un lugar excepcional para el pistoletazo de salida como son las Illas Cíes y la ría de Vigo. ¿Cómo fue esa experiencia? Desde fuera da un poco de envidia perderse esa oportunidad de pasar un día con la escritora en un lugar así…
No sé si envidia es exactamente lo que habrán pensado algunos, porque hizo algo de mar, sacamos biodraminas allí para todos… Pero fue bonito, fue emocionante. Ya cuando nos metimos por la bahía de San Simón se calmó la cosa, pero después hasta puede hacer de guía por el Casco Vello. Por lo visto gustó mucho la experiencia ¡Me voy a tener que pensar el segundo oficio ya como guía turística! La verdad es que, pese a que llovía, con los periodistas estuvo todo genial, con buen humor.
Tengo entendido que alrededor de la serie de libros de ‘Puerto Escondido’ hay municipios que aprovecharon el tirón de las novelas para hacer rutas literarias. ¿Imaginas que pudiese darse algo así en Vigo? ¿Qué significaría para ti?
¡Sería genial! Me encantaría. Me parecería bonito y emocionante. Pero no es algo que organice yo. En Cantabria fue iniciativa de los propios ayuntamientos, porque veían que había muchos turistas preguntando por las ubicaciones de las novelas. También ha sucedido en Ourense con el tema del ‘Bosque de los Cuatro Vientos’, que incluso, por lo visto, también hay empresas privadas que hacen la ruta del libro. A mí me parece genial en tanto en cuanto beneficie al patrimonio y a estos ayuntamientos para que se revitalicen y que la gente de fuera aprecie ese patrimonio que tenemos, pues genial.
Desde luego es una forma de espolear la cultura y el turismo, porque solemos a pensar que las grandes historias tienen que suceder en grandes ciudades, como Madrid o Nueva York. En esta ocasión traes la acción a Vigo y conviertes la ciudad en un elemento vivo y tan importante como los protagonistas, algo que ya ocurre en otras obras. ¿Por qué te decantas por tu ciudad natal?
Fundamentalmente porque sí tenía un tesoro que buscar, un tesoro real. Al principio reconozco que jugueteé con la idea, pero tenía dos problemas: uno, que era mi guarida, era mi refugio y no tenía muy claro eso de tocarlo a nivel literario porque mi ciudad era mi ciudad y no quería escribir tanto sobre ella; y dos, el tema del tesoro, porque quería una novela de aventuras, histórica, de acción, y quería un tesoro náutico.
¿Y qué ocurre? Que en Vigo teníamos dos galeones de Rande, pero eso estaba espoliado ya por completo. Eso me echaba para atrás, pero para mi sorpresa, buscando en archivos e información, encontré el tesoro real que yo necesitaba, vinculado a los galeones de Rande, aunque no sean los mismos, y ya en ese mismo instante decidí ponerme a trabajar.
UN PUERTO CORSARIO, UN TESORO, SALTOS EN EL TIEMPO...
En esta ocasión nos sumergimos en una novela repleta de detalles históricos que seguro merecieron una larga documentación. ¿Qué proceso seguiste para ambientar ‘El albatros negro’? ¿Hubo algún descubrimiento que te sorprendiese durante la investigación y que inspiró los personajes?
Hubo muchos. Yo, como viguesa, criada en Vigo, reconozco, confieso, que yo no sabía que Vigo había sido un puerto corsario tan relevante y que, en toda la costa de Galicia, desde Coruña, Finisterre… que realmente había otro tipo de corsarios, que defendían las costas haciendo navegación de cabotaje, pero no de piratas como los que vemos en las películas de piratas del Caribe, sino otro tipo de incursiones. Era otro mundo, era otro universo, que a mí me llamó muchísimo la atención. Sobre todo, cómo se vivía casi de forma medieval dentro de las murallas de Vigo, que realmente estuvo amurallada desde el siglo XVII hasta el XIX, estamos hablando de dos siglos de murallas, que por lo que yo investigué, por cómo se vivía, a qué olía, sí que me recordaba un poco al medievo, la verdad.
Cuando era niño y pasaba con mis padres por el puente de Rande, recuerdo también escuchar esas historias, que debajo del puente había barcos piratas hundidos, que había tesoros, en esa misma ría donde está San Simón, con una historia tan rica y singular. ¿Crees que ponemos poco valor esa cantidad de escenarios y recursos literarios que tenemos a mano los gallegos?
Sí, es posible. Siempre miramos más allá. Cada vez que viajo al extranjero y digo que soy gallega, ya saben. “Ah, gallega, sí”. Ya saben que los gallegos van por todas partes. A veces creo que tendríamos que detener un poco más la mirada en lo nuestro. Si es cierto que lo que es la bahía de San Simón, la isla, esto ya ha sido novelado y contado en películas, pero me refiero ya a ese sentimiento casi patriótico, de decir: “Oye, que sí, que soy de Vigo, que soy gallego, y que tenemos esta historia, esta gastronomía y esta cultura”. Que no porque nos hayan tirado las murallas, o no porque se hayan levantado edificios encima de estas ruinas, dejaron de existir estas personas y estas historias
El libro también nos habla de expolio y esa parte menos romántica de la búsqueda de los tesoros. Al leer la novela pienso en la frase de “si quieres ver el antiguo Egipto viaja a Londres”.
Parece que necesitamos buscar algo que estimule nuestro concepto de cultura, nuestro concepto de pasión por saber y por el conocimiento. Lo tenemos que buscar fuera cuando lo tenemos aquí. Creo que a veces sí hay como coleccionistas de élite o como expoliadores que pueden ser coleccionistas de élite privados, que exponen en sus pequeñas cámaras de las maravillas cosas que los demás desconocemos siquiera su existencia, y después también están incluso, como apuntas, los museos. El expolio ha sido legal, si hablamos del universo colonial, durante decenas y decenas de años. Todo esto, aunque yo no lo resuelva la novela, sí me parece interesante plantearlo para que también el lector reflexione sobre ello.
'EL ALBATROS NEGRO'...¿PRONTO EN CINES?
Eres una de las voces consolidadas dentro del género de thriller, que vive un momento extraordinario ya no solo en la literatura a nivel nacional, sino entre las escritoras gallegas. Pienso en ti, en Arantza Portabales, en Ángela Banzas…También en otras autoras como Ledicia Costa o Berta Dávila. ¿A qué crees que se debe este boom de escritoras? ¿Es porque ahora existe un ecosistema para que esas voces tengan un espacio que antes no se daba?
Quizás sí es posible que ahora haya menos prejuicios a la hora de recibir una novela que sea de un registro más oscuro por parte de una mano femenina. Esto parece que puede ser incongruente si pensamos que una de las personas que más libros ha vendido en la historia es Agatha Christie y estamos hablando de que su primer libro fue publicado en 1920. Entonces, ¿qué pasa ahora? ¿Por qué nosotros no hemos surgido antes? Quizás porque sí que estamos en ecosistemas sociales distintos. Yo todavía percibo a veces prejuicios del tipo: “Es una novela escrita por una mujer, pues a lo mejor tiene recetas de cocina o algo así”. No, no es el caso.
Pero sí creo que se le está dando un espacio, ya no tiene por qué ser de novela negra, pero al final las novelas no dejan de ser espejos y tanto mujeres como hombres del panorama gallego que escriben sobre temas complejos o sobre temas que pueden incluir índices de criminalidad creo que es interesante porque en efecto deben de funcionar como eso, como reflejos sociales.
Nos lleva también un poco a la reflexión que haces en cierto modo con la figura de la entomóloga en el libro y esa dificultad a veces para meter la cabeza, para ser las primeras.
No creo que tengamos por qué ser las primeras, pero sí que tenemos que tener el mismo espacio. No se trata de que las mujeres quieran ser iguales que los hombres, que sería absurdo, lo que sí quieren es tener los mismos derechos. Estamos hablando en el caso de Miranda, en la novela, una muchacha que quiere estudiar algo sobre lo que ni siquiera los hombres tienen gran interés científico como son los insectos.
A mí esta figura, de no haber sido porque existía la persona real en la que me inspiré para escribirla, habría sido casi anacrónica. Nadie se creería que alguien tuviese esa determinación, esa visión para estudiar este tipo de animales desde esa perspectiva. Me pareció increíble que una alemana, Maria Sibylla Merian, hubiese hecho no ya lo que hace mi personaje, sino mucho más y que ni siquiera tuviese una novela o una película para ella sola. Entonces dije qué menos que hacerle un guiño y mostrar que cuando hay determinación sí se consiguen cosas.
Por otra parte, tus historias se presentan siempre como un muy buen material para adaptarlas al audiovisual. ¿Hubo ya algún acercamiento en este sentido para dar vida a Pietro y Nagore?
Empezamos a escuchar posibilidades. Pero también hay que pensar que mis libros, cuando los escribo, su vocación es literaria, no audiovisual, y por lo visto todo lo que yo escribo requiere un presupuesto bastante contundente. Hay que pensar que aquí hago dos tramas temporales, hago que 180 navíos atraviesen la Ría de Vigo... En fin, creo que esto va a requerir un estudio detallado.
Ahora tienes una primavera llena de fechas de presentación, de ferias y otros eventos. Ahora toca recoger los frutos de esta última novela, pero ¿hay ya algo en el horno? ¿Podemos esperar algo que firma de María Oruña para 2026?
No sé si para 2026…es pronto. Pero sí, por supuesto estoy trabajando ya en otro proyecto. Lo que pasa que primero hay que dejarle espacio al albatros y, sobre todo, con toda la promoción y todos los viajes es complicado comprometerse a decir una fecha. Es complicado y “Las cosas bien hechas bien parecen”, que decía mi abuela.
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