​Al nuevo Junqueras le sobra prepotencia

La salida de presión por la concesión del tercer grado, a los políticos catalanes “presos” está siendo para algunos un paseo por los medios de comunicación amigos, donde, en pre campaña electoral, aprovechan para arrimar el hombro a sus respectivos partidos.

En la noche de este domingo, Oriol Junqueras fue entrevistado por el director de TV3, Vicent Sanchis, en una entrevista que quería ser de gran calado político y también un aviso para navegantes, cosa que ocurrió.   Junqueras estaba incomodo con el entrevistador y no disimuló lo más mínimo a lo largo de todo el tiempo de entrevista. Sanchis está lo suficientemente marcado políticamente como para no generar confianza en el entrevistado. Claro que, como es el director  de TV3 y ha venido realizando las entrevistas de este tipo, no había “excusa” para poner a otro. La guerra entre ERC y los exconvergentes -divididos en varias formaciones- por controlar los medios públicos catalanes es más que evidente.

Desde mi punto de vista, la imagen proyectada por el líder de los republicanos no ha sido buena, por su imagen de prepotencia exagerada y con "ciertos tics" que recordaban los mejores tiempos del expresidente Pujol, salvando las distancias del saqueo familiar.

Se le notaba a Junqueras que estaba incomodo, aunque daba muestras de ser “el jefe”. Constantemente le decía a Sanchis que le dejara acabar de responder, cuando el entrevistador le cortaba para hacerle preguntas y centrarlo, ya que aquel, se iba por los cerros de la Garrotxa. Quería explicar Junqueras que estos primeros días de “libertad” los había dedicado ha hacer política -nunca la ha dejado de hacer, que sepamos- reuniéndose con alcaldes y presidentes de Lleida, así como otras reuniones que quería explicar ampliamente.

El director de TV3 que tampoco estaba muy feliz con el entrevistado, aunque lo disimulaba muy bien, no fué capaz de sacarle que las relaciones entre los dos partidos que gobiernan Catalunya no son buenas, aprovechando Junqueras para informar que él se quedó en Catalunya porque era su obligación hacerlo. No criticó que los huidos lo hicieran. Para dar a entender lo bien que se lleva con Carles Puigdemont, afirmó que se hablan varias veces a la semana. ¿De qué hablarán?. Eso sí dijo no tener privilegios y que las relaciones con el resto de compañeros políticos presos son buenas. Otras voces afirman todo lo contrario, cosas de los políticos que dirían más de uno.

Su postura sobre un nuevo pacto tras las elecciones con el PSC, ha dejado “claro” que eso no va a ser posible y arremetió duramente contra los socialistas.

Tiene muy claro que seguirá luchando por Catalunya hasta conseguir la independencia, pero mientras tanto apuesta por la mesa de negociación bilateral con el Estado.

En todo momento defendió el trabajo de su consellera de Salud, Alba Vergés, en el tema de cómo está llevando la gestión del Covid-19, lo hizo echando balones fuera porque a todos les pasa lo mismo. En cuanto a la gestión de las residencias, tres cuartos de lo mismo. Autocrítica ninguna.

En relación a la pregunta sobre las próximas elecciones, hizo un regate, afirmando que Torra es quien tiene las competencias para convocarlas, pero se dedujo que las quería lo antes posible. Las encuestas que maneja ERC, les dan una ventaja sobre sus socios de gobierno. Por eso está muy tranquilo, aunque no quiere dar la sensación de ruptura con el resto de partidos, plataformas y asociaciones independentistas.

Echando la vista atrás, quizás en su día, Junqueras mintió, ahora, tras ver la entrevista y las cosas que ha dicho sobre su buena relación con Puigdemont, creo que ha vuelto a mentir. ¿ Se ha convertido Junqueras  en un politico profesional?.

La entrevista, por esperada, no defraudó a sus seguidores, aunque le sobró prepotencia, le faltó humildad y su egocentrismo le está llevando a absorber los gestos del Jordi Pujol en su segunda etapa.