El Movile World Congress que se celebra en Hospitalet, dirigido por una alcaldesa inteligente y -sobre todo- de talante conciliador llamada Núria Marín, ha despertado los peores instintos de quienes, SÍ O SÍ, como en el periplo a Ítaca del procés, intentan que "sus presos" salgan a la calle, después de saltarse todas leyes del Estado del que han pretendido independizarse a costa de los derechos de más de la mitad de sus conciudadanos catalanes, a los que han llamado despectivamente unionistas, malos catalanes o lo que Vds. ya saben...
No les importa esta vez que el país pierda 470 millones de euros anuales y cientos de empleos, porque ese Estado del Bienestar no es el que conviene a sus intereses familiares sino el de los otros, o sea, el de los que respetamos las leyes, pagamos nuestros impuestos e incluso, en muchos casos, creamos empleo.
Las torpezas públicas del PP y sobre todo el "fanatismo ideológico" de políticos como Puigdemont, el astuto Mas o la antisistema Anna Gabriel, pasando por los 23 años del 3 por ciento de Jordi Pujol y familia, nos han arruinado el futuro a base de envenenar la convivencia entre los que nada hemos hecho para llegar a esta situación y los que quieren imponernos un nuevo Estado al que internacionalmente no reconocen ni los afganos.
Y si así estamos, cada día que pasa, algunos que nunca debieron tener responsabilidades políticas de gobierno agradan el precipicio social con maneras de hacer las cosas absurdas e incluso gravemente perjudiciales para toda la sociedad catalana.
Ese es el caso de la alcaldesa Ada Colau, que ha ido a por uvas cuando ya se ha acabado la vendimia y ha salido trasquilada en editodiales dúrisimos de los principales diarios de Madrid y Barcelona, que la han dejado, a poco más de quince meses de las elecciones municipales, al pie de los caballos ya que, para mas inri, de sus promesas electorales no queda prácticamente nada. Ella y sus asesores sabrán cómo salen de este embrollo y se proponen recuperar a la inmensa mayoría de sus votantes.
Lo del Honorable Roger Torrent, President del Parlament de Catalunya, es una carrera de medio fondo de un calado muy diferente al de la Señora Colau, ya que lo suyo es "darse a conocer" entre el propio electorado independentista para superar, a base de descalificaciones y poses políticas, "su particular lucha por el poder dentro de Esquerra" al líder Oriol Junqueras, que seguirá en la cárcel –dicen- hasta el juicio y, por supuesto, a la también imputada Marta Rovira, que también tiene todos los números para quedar inhabilitada para la política durante un par de legislaturas.
Hace unos días, desde su torre de San Quirico, mi admirado Leopoldo Abadía comparaba en uno de sus artículos lo que pasó en el golpe del 23 F y lo que está sucediendo en Catalunya ahora mismo, y sobre todo cómo afrontaron unos y otros la situación devenida, especialmente el ex Coronel Tejero, que asumió desde el primer momento su culpa y luego también se pudrió en la cárcel durante quince años tras ser condenado a otros 30 por rebelión.
Nada que ver con la actitud "escasamente valerosa" de los actuales imputados y hasta "vergonzosa" de los huidos a Bélgica y Suiza. Para quienes en aquellos años de incertidumbre, generados al calor del golpe de estado del 23 F de 1981, exigimos públicamente que el Tribunal Militar condenase con penas muy duras a quienes atentaron contra nuestras libertades y además "padecimos" el desasosiego de aquella noche de tanques en la calle y guardias civiles en el Congreso y en las redacciones en las que trabajábamos, este nuevo Golpe no nos ha pillado con la guardia cambiada, salvo en el estado de ánimo con el que un demócrata debe asumir estas barbaridades antidemocráticas ya en pleno siglo XXI, en el que la globalización y con ella la eliminación de fronteras -para bien o para mal- nos afecta a todos.
Si pedimos para aquellos militares que deshonraron su uniforme dureza, para estos políticos que nos ofendieron gravemente y pisotearon nuestros derechos en el Parlament catalán, solo exigimos Justicia, y sobre todo, agilidad en las sentencias.
Luego, estoy seguro que veremos con generosidad un indulto que les deje en la calle, eso sí, sin poder asumir responsabilidades políticas porque han demostrado, a nuestros entender, que no saben gobernar con equidad y sentido común para todos: los suyos y los que pensamos de forma diferente.
Quedan poco más de quince meses (9 de junio de 2019) para que la Alcaldesa Colau se convierta en la versión femenina del último Rey de Granada, Boadil, conocido en los libros de historia como ʿAbd Allâh ‘az-Zughbî’ Mohammed ben Abî al-Hasan.
No sé quien, en ese momento, le dirá aquello de "llora, como un pobre machista, lo que no has sabido defender como una heroica feminista".
Pero quien lo haga no andará muy lejos del despacho de su poderoso Visir tucumano Gerardo Pisarello quien, con otros cortesanos y cortesanas de similar valía, marido incluido, han convertido, en una sola legislatura, una candidatura "ilusionante" en una auténtico desastre.
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