Vaciar los estadios, apagar los televisores y dar la espalda al fútbol moderno, el último grito de libertad al que podemos agarrarnos estos corsarios mal llamadas hinchas.
El FC Barcelona, presidido por Joan Laporta, sigue pagando los desmanes económicos de la anterior directiva, con Bartomeu a la cabeza, que hipotecó al club con contratos millonarios e inasumibles. En un momento de crisis, la losa que suponen contratos de jugadores "menores" como Lenglet o Umtiti condiciona la contratación de estrellas y la reconstrucción de la entidad.