¿Qué pasó para que este no haya logrado consolidarse como una alternativa de cambio como sí sucede, por caso, en el País Vasco y en Cataluña? La explicación es muy sencilla: los respectivos y alternativos cuadros y dirigentes de las distintas modalidades de soberanismo político no fueron quienes de gestionar debidamente ese espacio.
Es incomprensible que gente que ha heredado una Democracia consolidada, pretenda transformarla ahora en un estado bolivariano pero a la catalana.