La industria automovilística está en constante evolución, y uno de los campos donde se han logrado avances más significativos es en la tecnología de iluminación. Las luces de los automóviles no solo cumplen la función esencial de iluminar la carretera, sino que también representan un componente crucial en la estética y en la seguridad del vehículo. A medida que los fabricantes avanzan hacia un futuro más eficiente y conectado, la iluminación ha evolucionado desde los simples faros halógenos hasta sistemas inteligentes y de alto rendimiento.
No todo en este aborregado encierro van a ser malas noticias. Por ejemplo los respiradores que ha fabricado la empresa SEAT han comenzado ya con sus ensayos clínicos y estoy seguro que van a salvar muchas vidas y de paso el culo de los sabios de la política que dirigen el día a día de lo que debemos o no hacer para salvarnos de la pandemia.
El trámite de la Agencia Española de Medicamentos del Ministerio de Sanidad es riguroso con el objetivo de asegurar la calidad de los equipos en situaciones donde los pacientes tienen dificultades respiratorias. El respirador OxyGEN de SEAT ha pasado los controles y empezará con dos ensayos clínicos en Catalunya.
Fuentes sindicales consideran que pueden dejarse de fabricar hasta 14.000 vehículos.
Hay que poner en marcha “ya” la producción, y exigirle al fabricante que salga cuantas veces sea preciso, porque SEAT es rentable y que sus coches se venden cada vez más por ser un buen producto y de los más competitivos.
En 2016 salieron de las cadenas de montaje de la factoría gallega 424.000 vehículos, un 4% más que el año anterior.