La situación financiera de Nueva Pescanova, en manos de Abanca, y los recelos del Gobierno canario en torno al proyecto, así como la oposición de grupos ecologistas y de parte de la comunidad científica dificultan la apertura de esta planta pionera.
La ONG afirma que solo un 1,16% de las aguas comunitarias del Atlántico se verán afectadas por la propuesta de la Comisión Europea
En 2016 se criaron un 4% menos de toneladas, pero los productores lo consiguieron vender un 17% más caro.