La presencia del oso en tierras gallegas es inmemorial. Ha dejado muestra de ello en la toponimia y en manifestaciones culturales y sociales como son las fiestas de carnaval. Su presencia en los últimos años ha pasado de languidecer en determinados puntos de O Courel y Ancares a irse extendiendo hacia zonas más interiores de Galicia. Nada nuevo, el oso vuelve a lugares donde ya había dejado su huella siglos atrás