Pero los nuevos tiempos, marcados por una mucha mayor presencia de las mujeres en la política y en el sindicalismo, no parecen ser quien de evitar ni el distanciamiento entre las izquierdas y el feminismo ni la división en el movimiento feminista. Unas divisiones en las que el gobierno de turno, en concreto el Ministerio de Igualdad, tiene su cuota de responsabilidad.