Los partidos que saben que lograrán representación tienen asegurado que el Estado les pagará un importe por cada escañ. Las fuerzas de izquierda cada vez están tirando más de pequeños préstamos que le conceden a corto plazo sobre todo militantes y simpatizantes. Tampoco es una mala opción para algunos inversores pues por ejemplo los socialistas pagan más intereses que la banca o el Tesoro público a un año.