Escuchas a Sito Miñanco y su supuesta novia apuntan a una red de soplones que vigila a la Policía en la costa gallega
Una red secreta de informadores distribuida a lo largo del litoral gallego alertaba a la organización liderada por José Ramón Prado Bugallo, conocido como Sito Miñanco, de los movimientos de las fuerzas de seguridad, según se desprende de las conversaciones interceptadas en la operación Mito, que está siendo juzgada este mes en la Audiencia Nacional.
En la Audiencia Nacional continúa desarrollándose el juicio de la Operación Mito, en el que Sito Miñanco, histórico narcotraficante gallego, enfrenta graves acusaciones relacionadas con narcotráfico, blanqueo de capitales y falsificación documental. Según la Fiscalía, Miñanco lideraba una red que intentó introducir casi cuatro toneladas de cocaína en España durante 2017. Además, se le atribuye la ocultación de más de 11 millones de euros procedentes de sus actividades ilícitas, motivo por el cual se solicita una pena de 31 años y medio de prisión y una multa superior a 950 millones de euros.
Según desvela Víctor Méndez en Diario de Pontevedra, la Policía logró meter un micrófono en el interior del vehículo donde se encontraba Leonor Ivanova Pérez. Los investigadores consideran a esta persona, a la que en informes policiales se ha vinculado sentimentalmente con Sito Miñanco, como una figura clave en el esquema criminal, permitieron documentar el funcionamiento detallado del grupo.
Ivanova, que según los informes policiales aportados a la causa es la presunta novia y colaboradora cercana al capo gallego, fue captada informando en tiempo real sobre los movimientos de un helicóptero de Salvamento Marítimo: "Salió un helicóptero de Salvamento a las dos y entró a las cuatro", relataba al líder del clan sin saber que las autoridades escuchaban cada palabra gracias a micrófonos instalados en su coche.
Hay que tener en cuenta que el proceso judicial también ha señalado la presunta connivencia de funcionarios que habrían proporcionado a Miñanco información confidencial sobre vehículos y operativos policiales, facilitando así sus actividades.
Así, las escuchas también revelan cómo el más famoso de los narcos gallegos organizaba el control de las patrullas. Por ejemplo, una conversación con alias Cherokee, identificado como González Varela, uno de sus presuntos colaboradores, este último informaba sobre la presencia de agentes en Vigo: "Sí, en Vigo. Hay tres de la Nacional, de Aduanas, y salen". La respuesta del capo fue inmediata y directa: "A ver. Hoy, a partir de las ocho o nueve, hay que controlarlo".
El papel de Leonor Ivanova en la organización
Leonor Ivanova, descrita por los investigadores como una de las personas de mayor confianza de Miñanco, no solo presuntamente transmitía información clave sobre los operativos policiales, sino que también leía y analizaba los mensajes encriptados que llegaban desde los informadores de la red.
En una conversación grabada se escucha como supuestamente le recomienda hundir el barco con la cocaína, el buque Thoran, tras detectar la actividad del Servicio de Vigilancia Aduanera:
Esta tecnología de comunicación, considerada avanzada y hasta ahora inviolable, era utilizada para coordinar movimientos críticos, como el despliegue de planeadoras para el transporte de droga. A través de un astillero propio en Cambados, la organización construía narcolanchas y pesqueros utilizados para el transporte de la cocaína desde los barcos nodrizas en alta mar a la costa de Galicia.
El caso ha puesto en evidencia la capacidad de la red de Miñanco para reorganizarse incluso con su líder en prisión. El arousano lideraría la organización pese a estar en libertad vigilada en Algeciras. Es decir, la red fue capaz de seguir operando incluso tras importantes incautaciones de droga y dinero, subrayando la sofisticación y alcance de sus operaciones, que conectan Sudamérica y Europa.
La investigación reveló actividades de blanqueo de capitales, con la ocultación de más de 11 millones de euros y la creación de documentación falsa para justificar el origen del dinero incautado. El juicio derivado de esta operación involucra a 46 acusados, incluidos colaboradores de Miñanco y figuras como el abogado de Carles Puigdemont, Gonzalo Boye, señalado por su presunta participación en el blanqueo de dinero vinculado a la organización.
Los acusados niegan los cargos. La Fiscalía Antidroga ha pedido 31 años y 6 meses de prisión para José Ramón Prado y 9 años y 9 meses de cárcel para Gonzalo Boye.
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