Un pais solvente precisa de contar con un sistema bancario sólido y competente en el que haya una matriz pública, o cuando menos social, relevante. Un país para crecer de manera estable y prolongada necesita que tanto las administraciones públicas, como las familias y las pequeñas y medianas empresas tengan un fácil y fácil acceso al crédito para así consumir e invertir. En definitiva un pais fuerte requiere de instituciones que absorban el ahorro y lo canalicen hasta aquellos agentes que precisan de financiación ajena. Pero la gran crisis financiera última puso en evidencia que no se debe dejar esta función en exclusiva a la banca privada dándole total libertad. Hacerlo es asumir un enorme riesgo pues acaban olvidando su auténtica función económica dedicándose la especulación y a financiar de manera poca responsable actividades no productivas. Comportamiento que acarrea las consecuencias catastróficas de sobras conocidas.
Está considerado como o líder da trama que supostamente defraudou subvencións destinadas a cursos de formación. En febreiro de 2015 negárase a declarar.