La Xunta conectará su autopista AG-57 con la ciudad Afouteza del Celta pese a las dudas sobre su legalidad

La Xunta de Galicia y el Real Club Celta han firmado un protocolo que permitirá la creación de una nueva infraestructura vial. El proyecto contempla dos nuevos accesos en los puntos kilométricos 19 y 20 de la autopista AG-57, propiedad de la Xunta, que conectarán directamente con la Avenida Clara Campoamor. Estos nuevos accesos mejorarán la comunicación con el campus universitario de Vigo y el Hospital Álvaro Cunqueiro, así como facilitarán la conexión con la Ciudad Deportiva Afoutez, según adelanta hoy Faro. 

La mejora de la comunicación de Afouteza es de tal calibre que el Celta asume parte de la factura. La inversión total del club para la obra será de seis millones de euros, financiados por el club, aunque el erario público tendrá que asumir gastos adyacentes a estas obras.

Según la Consellería de Infraestructuras, este nuevo trazado también beneficiará a los residentes de las áreas de Pazos y Baiona. Se espera que el estudio de impacto ambiental esté completado antes de fin de año, para proceder a la licitación y ejecución de las obras a principios de 2025. Las autoridades autonómicas han asegurado que estos accesos permitirán una mayor accesibilidad al sistema viario local y descongestionarán el tráfico de la VG-20.

Por ahora no hay reacción a la nueva alianza entre Xunta y Celta. Eso sí, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha solicitado al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha aprovechado para pedir la liberación de los peajes en la autopista AG-57, similar a lo realizado en otras autopistas gallegas. Caballero destacó la importancia de hacer gratuita la vía entre Vigo y Baiona para mejorar la movilidad de la población local. "Es una reivindicación justa que no puede ser olvidada", afirmó el regidor.

La iniciativa también contempla mejoras en las conexiones hacia el Parque Tecnológico de la Zona Franca de Vigo, reforzando el acceso tanto para estudiantes como para trabajadores del área.

La autopista AG-57, que une las localidades de Puxeiros y Baiona, está ubicada en el área metropolitana de Vigo, a lo largo de la comarca del Val Miñor en Pontevedra en un tramo de 25 kilómetros.

Afouteza, el proyecto estrella de la familia Mouriño para llevar el Celta de Vigo a Mos

La construcción de la ciudad deportiva del Celta de Vigo en Mos se encuentra envuelta en una serie de controversias legales que han generado incertidumbre sobre el futuro del proyecto. Este ambicioso plan, que pretende dotar al club de unas instalaciones de primer nivel, se ha visto obstaculizado por diversas cuestiones jurídicas que han suscitado debate y oposición.Una de las principales dudas legales gira en torno a la recalificación de los terrenos donde se planea construir la ciudad deportiva. Originalmente clasificados como suelo rústico, estos terrenos fueron recalificados como urbanizables para permitir el desarrollo del proyecto. Esta modificación ha sido objeto de críticas por parte de grupos ecologistas, como Ecoloxistas en Acción,  y algunos vecinos de la zona, quienes argumentan que el cambio de uso del suelo podría ser irregular y no respetar la normativa urbanística vigente.

Otro aspecto controvertido es el impacto ambiental que podría tener la construcción de la ciudad deportiva. La zona elegida para el proyecto está considerada de especial protección natural, lo que ha llevado a cuestionar si el desarrollo de estas instalaciones es compatible con la preservación del entorno. Organizaciones ecologistas han expresado su preocupación por la posible afectación a ecosistemas locales y han solicitado estudios de impacto ambiental más exhaustivos.

Además, se han presentado varios recursos judiciales que cuestionan la legalidad del proceso de aprobación y los permisos otorgados para la obra. Estos recursos alegan irregularidades en los trámites administrativos y en la concesión de licencias, lo que podría resultar en retrasos significativos o incluso en la paralización del proyecto si los tribunales fallan en contra de su desarrollo.La situación se complica aún más por la oposición de algunos propietarios de terrenos en la zona, quienes se resisten a vender sus propiedades o consideran que las compensaciones ofrecidas son insuficientes. 

Esto ha generado conflictos adicionales que podrían requerir resolución legal. Estas dudas legales han creado un clima de incertidumbre en torno al proyecto de la ciudad deportiva del Celta en Mos. Mientras el club y sus seguidores ven en estas instalaciones una oportunidad para el crecimiento y desarrollo del equipo, los opositores argumentan que el proyecto podría tener consecuencias negativas para el medio ambiente y el ordenamiento territorial de la zona. La resolución de estas cuestiones legales será crucial para determinar el futuro de este ambicioso proyecto deportivo.