Rueda ve "politizada" la protesta del gallego y mantiene "mano tendida" con la inmersión como "línea roja"
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 24 (EUROPA PRESS)
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha trasladado su respeto "absoluto" a quienes se manifestaron "de buena fe" este domingo en Santiago de Compostela en defensa del gallego. Y aunque ha incidido en la "politización" de la protesta, ha reiterado que su Gobierno mantiene "mano tendida" al diálogo: la única "línea roja" es la inmersión o la "imposición" del idioma.
En su comparecencia tras el Consello de la Xunta, Rueda ha opinado que, al margen de quienes marcharon por las calles compostelanas "de buena fe", en la pasada jornada quedó "en evidencia una vez más los motivos políticos y la politización de las intenciones de algunos" y ha apuntado directamente al BNG.
Rueda ha rechazado la postura que ha atribuido a la formación que dirige Ana Pontón, de que "o se acepta una postura o no hay nada que hablar" y se procede a "impedir que ese hable" o a "levantarse de una reunión" (como hicieron miembros de la plataforma Queremos Galego en el marco de la comisión para actualizar el Plan de Normalización Lingüística), y ha incidido en que así se va "por muy mal camino".
Enfrente, ha defendido que la Xunta tiene "desde el principio" --y la ha mantenido como vía preferente de trabajo-- la "mano tendida en todo lo que tenga que ver con la potenciación" de la lengua. "No marcamos otra línea roja que la imposición, la inmersión, que es lo que el BNG llevaba en su programa, aunque lo ocultaron en campaña electoral", ha sentenciado.
"Si es así nunca nos pondremos de acuerdo", ha proseguido, antes de recalcar que "son otros" los que "no quieren hablar a no ser que hablar suponga aceptar sus postulados de negociación". "Y eso así no funciona, desde luego", ha agregado, antes de insistir en que el Ejecutivo autonómico es partidario de "hablar con todo el mundo".
Así, ha insistido en que por parte de su Gobierno "no hay exclusión" y ha vuelto a aludir al episodio de la Cidade da Cultura, con la protesta de activistas de Queremos Galego. "Hubo colectivos que fueron allí a decirle a la gente que se marchase, que no hubiese diálogo, que no había nada que escuchar mientras no se dijese que había que hacer lo que ellos querían", ha reprobado el presidente gallego.
Para Rueda, si el planteamiento es no entrar a hablar si no se accede a una determinada postura y "reventar todo para decir que no hay negociación", la Xunta no lo va a asumir, aunque, en su opinión, "sí lo saben hacer muy bien otros porque lo llevan haciendo mucho tiempo". "Otra cosa es que no conduce a nada", ha advertido.
"TOMAR NOTA"
Tras su alusión a los manifestantes que "de buena fe" se desplazaron a la capital gallega, preguntado acerca de si iba a tomar nota", ha respondido que tomará nota "de todas las posiciones, de los que van allí por motivos políticos y de la gente que se manifiesta de buena voluntad".
"No tengo ninguna duda de que coexistían las dos actitudes. Y de que la politización de la lengua no es algo beneficioso, tampoco. Por lo tanto, mi obligación como responsable político es tomar nota de los que van con un interés político y de desgaste al gobierno, y de los que van con buena voluntad", ha puntualizado.
A todos ellos, pero sobre todo a quienes marcharon en Santiago "con buena voluntad", les ha insistido en que el Gobierno gallego está "abierto al diálogo". Ellos, ha supuesto, "probablemente no estén de acuerdo" con que se convoque una reunión para hablar de un nuevo posible pacto por el idioma propio y haya quien se levante para decir "que no hay que escuchar a la Xunta porque no tiene nada que decir que les valga".
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