Las 9 averías y problemas de tu coche más frecuentes en otoño e invierno

Además, también es imprescindible saber ubicar a los profesionales especializados en cada uno de estos daños, para que puedan solventarlos de manera instantánea, como los talleres Carglass en Galicia, especializados en la reparación y sustitución de lunas. 

A su vez, los tres fenómenos mencionados, pueden incrementar el riesgo a la hora de utilizar el vehículo. Por esta razón, es sumamente importante preparar el coche para la llegada de estas estaciones, realizando un correcto mantenimiento del mismo para reducir al máximo la probabilidad de sufrir cualquier contratiempo que pueda estar relacionado con dichas situaciones.

Es fundamental igualmente conocer cuáles son las averías y problemas más comunes que puede sufrir un automóvil con la llegada de estos meses. Si quieres saber todos los posibles desperfectos más frecuentes y cómo afrontarlos, sigue leyendo. 

¿Cuáles son las 9 averías más frecuentes que puede sufrir un vehículo con la llegada del otoño y del invierno?

En algunos puntos de nuestra geografía tenemos temperaturas excesivamente bajas, precipitaciones continuadas, humedad ambiental, calzadas llenas de hojas, reducción de las horas de luz o aparición frecuente de animales. 

Estas son algunas de las circunstancias que se dan en las carreteras secundarias, que comúnmente en estas estaciones pueden llegar a causar algunas de las siguientes averías y problemas en los vehículos:

1. Aceite y demás líquidos: las bajas temperaturas pueden llegar a afectar las condiciones y el estado del aceite y demás líquidos del vehículo. Es imprescindible analizar el estado de estos y realizar los cambios oportunos, sobre todo en el caso del aceite.  Al arrancar el vehículo cuando hay bajas temperaturas puede llegar a suponer un riesgo para el motor. Por ello, el aceite debe tener el estado de la viscosidad adecuado, así como estar libre de impurezas.
2. Batería: una vez más, hay que tener cuidado con los elementos que intervienen en el arranque del vehículo cuando las temperaturas son bajas, ya que las exigencias requeridas para su funcionamiento se incrementan. Por ello, es sumamente importante llevar a cabo una revisión de la batería y el alternador antes de que comience la temporada de bajas temperaturas, así como en el momento en el que se detecte el mínimo fallo durante estas estaciones.
3. Calefacción: llevamos varios meses sin necesitar utilizar el sistema de calefacción, por lo que es muy común que llegado el otoño y, con él, las bajas temperaturas, este pueda llegar a fallar.  La raíz del problema puede encontrarse en varios elementos de este sistema, tales como los fusibles calefactores, la presencia de aire en el sistema o el calefactor. Es crucial estar pendiente de dónde viene la avería, para poder repararla cuanto antes.
4. Corrosión de la carrocería: el incremento de la humedad ambiental, sumado a la presencia de otros elementos como la sal empleada para eliminar la nieve y el hielo de la calzada, puede llegar a dañar la carrocería del vehículo, corroyendo su pintura.  Para poder evitar este problema, se recomienda llevar a cabo una limpieza periódica del vehículo, tanto interna como externamente.
5. Juntas: estos elementos garantizan el aislamiento del interior del vehículo, evitando que entre aire o agua.  El frío puede llegar a dañar el estado de las gomas que permiten esta estanqueidad, por lo que hay que revisar cómo se encuentran en todo momento y fijarse si llega a entrar alguno de los elementos previamente mencionados.
6. Limpiaparabrisas: después del verano, los limpiaparabrisas pueden verse dañados. Pero no solo eso, durante el invierno, su uso incrementa dado el aumento de las precipitaciones durante estos meses. Además, las bajas temperaturas también pueden llegar a desgastar las escobillas limpiadoras. Es imprescindible estar pendiente de su estado y cambiarlas cuando sea preciso. Se puede saber fácilmente si estas necesitan un cambio, si dejan un rastro en el cristal al usarse o si emiten algún tipo de sonido durante el roce.
7. Líquido anticongelante: se trata del elemento clave para mantener el motor en buen estado, incluso cuando las temperaturas llegan a alcanzar los 0 °C. Por esta razón, cuando el vehículo no dispone de líquido anticongelante, el motor puede llegar a sufrir un daño, así que se requiere de una revisión de su nivel y completar el recipiente si así se precisa.
8. Motor: el motor es una de las piezas clave de la conducción de un vehículo y una de las que más rápido incrementa su temperatura, lo que puede suponer daños en algunos elementos móviles, sobre todo en invierno, cuando la temperatura de arranque es menor. Por esta razón, es de suma importancia no forzar el motor y dejar que este vaya tomando temperatura poco a poco.
9. Neumáticos: sin duda, los neumáticos son otras de las piezas básicas de un coche y su estado influye de manera directa en la seguridad de los ocupantes del mismo. También son los que más daños pueden sufrir durante el otoño y el invierno, dado que la presencia de agua y hielo en la calzada pueden hacer que estos sufran desperfectos. Además, si dentro de los surcos de los neumáticos se introduce agua y, debido a las bajas temperaturas, esta se hiela, el dibujo puede llegar a sufrir modificaciones. Por ello, es imprescindible analizar la presión y el estado de estos dibujos y cambiar las ruedas si no cumplen las pautas de seguridad fijadas por el fabricante.

Teniendo todo esto en cuenta, es posible preparar cualquier vehículo para la llegada del otoño y del invierno con todo lo que ello conlleva.