Policías ven desidia de las autoridades para prevenir disturbios del Frente Boquerón y Riazor Blues en A Coruña

Este fin de semana, A Coruña fue escenario de violentos incidentes protagonizados por ultras del Málaga CF, pertenecientes al grupo radical Frente Bokerón. Los disturbios se produjeron en la víspera del partido entre el Deportivo de La Coruña y el Málaga, declarado de alto riesgo por las autoridades.

La noche del sábado, alrededor de un centenar de individuos vestidos de negro, identificados como miembros del Frente Bokerón, sembraron el caos en las calles cercanas al estadio Riazor. Según testigos, los ultras "aparecieron como un ejército", provocando que los clientes de las terrazas huyeran atemorizados.

Los radicales malagueños asaltaron varios establecimientos hosteleros, entre ellos el bar La Menuda, frecuentado por los Riazor Blues, grupo ultra del Deportivo. Los vándalos destrozaron mobiliario y agredieron a clientes, causando daños significativos en la zona.

La Policía Nacional tuvo que intervenir para contener a los ultras, finalmente rodeándolos en el tramo del Paseo Marítimo entre Las Esclavas y el Playa Club. Posteriormente, las fuerzas de seguridad escoltaron a los radicales fuera de la ciudad para prevenir más incidentes.

El domingo, día del partido, se registraron nuevos altercados en el centro de A Coruña y la zona del Orzán, esta vez protagonizados por ultras locales, posiblemente en respuesta a los sucesos de la noche anterior. No hubo enfretamientos directos el domingo gracias a un mayor despliegue policial.

La alcaldesa de A Coruña también ha lanzado críticas a la Delegación del Gobierno. Inés Rey no entiende como los ultras andaluces de los Boquerones Negros pudieron entrar en el estadio a ver el partido después de todos los incidentes que protagonizaron. Los Boquerones Negros son un grupo de ultraderecha mientras que los Riazor Blues son un grupo nacionalistas de ultraizquierda. El partido fue declarado de alto riesgo, pero no hubo agentes suficientes el día antes, con solo seis efectivos de la Policía Nacional para contener a cientos de ultras malagueño. La Policía Nacional tuvo que recurrir a pedir ayuda a la Policía Local, entre cuyas funciones primarias no está la de orden público. 

Críticas de los sindicatos policiales a la cúpula del cuerpo

Los sindicatos han señalado que, a pesar de que la Jefatura Superior de Policía de Galicia tenía conocimiento de la llegada de un grupo numeroso de ultras del Málaga el sábado, no se reforzó la presencia policial con efectivos especializados en orden público la noche anterior, como habría sido necesario.

Durante la madrugada del sábado, los seis agentes de la Policía Nacional que patrullaban en turnos ordinarios tuvieron que enfrentarse a los altercados protagonizados por los ultras del “Frente Boquerón”, quienes fueron cercados en el paseo marítimo de A Coruña. En ese momento, los policías no contaban con el equipo de protección antidisturbios necesario, como cascos y escudos. A pesar de esta carencia, la intervención de los agentes, apoyados por la policía local, logró resolver la situación y escoltar al grupo ultra malagueño fuera de la ciudad sin que se produjeran heridos o mayores enfrentamientos.

Falta de recursos y personal, alegan las centrales

Los sindicatos llevan tiempo denunciando la escasez de personal en las unidades de seguridad ciudadana, especialmente en los llamados Zetas, encargados de las patrullas de vigilancia y las llamadas al 091. Desde hace una década, estas unidades han perdido más del 50% de su plantilla debido a la creación de otras divisiones y la falta de actualización en el catálogo de puestos de trabajo. Esta situación, aseguran, ha dejado a los agentes con recursos limitados frente a situaciones de alta peligrosidad.

Polémica por las detenciones

En relación con las detenciones practicadas durante los altercados, algunos responsables políticos locales cuestionaron la imparcialidad de la Policía Nacional, alegando que solo se detuvo a miembros de los “Riazor Blues” y no a integrantes del grupo ultra malagueño. Ante estas declaraciones, los sindicatos han defendido que la Policía Nacional actúa siempre con neutralidad y conforme a derecho, y que la ausencia de detenciones del “Frente Boquerón” se debió a la imposibilidad de identificar a los responsables de los disturbios en el momento.

En la mañana del domingo, el grupo ultra coruñés “Riazor Blues” protagonizó nuevos disturbios al intentar interceptar a los ultras malagueños, enfrentándose a los agentes de la UIP.

Solicitud de responsabilidades

Las organizaciones sindicales han anunciado que pedirán explicaciones y que se depuren responsabilidades por el mal funcionamiento del dispositivo de seguridad. Al mismo tiempo, han felicitado a los agentes que, a pesar de los medios limitados, lograron resolver las situaciones conflictivas de una manera que tildan de eficaz.

El Frente Bokerón: La Cara Oscura del Fútbol Malagueño

El Frente Bokerón, grupo ultra de extrema derecha asociado al Málaga CF, ha vuelto a ser noticia por sus actos violentos, esta vez en A Coruña. Este colectivo radical, conocido por su historial de incidentes, representa un problema persistente para el club andaluz y el fútbol español en general.

Fundado en la década de 1980, el Frente Bokerón se ha caracterizado por su apoyo incondicional al Málaga CF, pero también por su propensión a la violencia. A lo largo de los años, han protagonizado numerosos altercados tanto en La Rosaleda como en desplazamientos a otras ciudades.

Incidentes Recientes

El último episodio violento tuvo lugar en A Coruña, donde miembros del Frente Bokerón causaron destrozos en varios establecimientos cercanos al estadio Riazor. Según testigos, los ultras "aparecieron como un ejército", sembrando el caos en la zona y obligando a la intervención policial.  Este incidente no es un hecho aislado. En junio de 2024, durante un partido de playoff en Vigo, el grupo ya había protagonizado escenas polémicas, realizando saludos fascistas y gestos ofensivos hacia los viandantes.

Respuesta del Club y Autoridades

El Málaga CF ha condenado públicamente estos actos, afirmando que "este tipo de situaciones no representan al malaguismo". Sin embargo, críticos argumentan que el club debería tomar medidas más contundentes para erradicar este problema.