La fusión de concellos en Galicia: ¿una cuestión fallida?
La fusión voluntaria entre concellos es un debate abierto desde hace años en Galicia que buscaría simplificar el mapa municipal autonómico. Aún así, e insistiendo en el carácter voluntario de estas acciones, la Xunta presentaba a varios municipios “fusionables” un documento que diseccionaba pros y contras de este actuar. A día de hoy solo se han producido dos fusiones: Oza-Cesuras y Cerdedo-Cotobade. Las otras “candidaturas” se muestran cautas o directamente reniegan de esta solución
A bombo y platillo fue presentada la última fusión municipal en Galicia: Cerdedo-Cotobade. Los dos alcaldes se daban la mano simbólicamente mientras permanecían cada uno a un lado del arroyo que los separaba, arroyo que también servía de límite entre los dos concellos pontevedreses. Era el 22 de septiembre de 2016. Tres años antes, el 6 de junio de 2013, nacía el Concello de Oza-Cesuras en la provincia de A Coruña. Para la Xunta de Galicia esta era una forma de intentar superar las dificultades económicas y agilizar servicios municipales en base a los posibles ahorros para los vecinos y vecinas. Por otra parte, la cuestión poblacional también se vería compensada con la fusión, porque las poblaciones de entidades fusionadas pasarían a formar parte de una nueva entidad que podría brindar mejores prestaciones, sobre todo en el espacio rural. En tal caso, y con el mapa comarcal aún por definir o consolidar, con el eterno debate sobre el papel de las diputaciones provinciales y la duplicidad de funciones entre dos o más entidades territoriales, la fusión municipal sería un debate más sobre la visión territorial y la funcionalidad de la misma.
LOS CONCELLOS: ¿A FAVOR O EN CONTRA?
La Federación Galega de Municipios e Provincias (FEGAMP), preguntada sobre si la fusión es una respuesta realista a las necesidades de algunos concellos, responde que desde las entidades municipales “se prefiere la vía de mancomunar determinados servicios y así optimizar su gestión, haciéndola más eficiente y abaratando costes”. A ese respecto, dos posibles candidatos a una fusión serían los concellos de Alfoz y O Valadouro, ambos en un enclave geográfico proclive a una unión intermunicipal.
Ambos municipios han intentando mantener su “idiosincrasia” a pesar de compartir el Val do Ouro junto a una de las parroquias de Foz. La idea no es nueva, incluso se creó en 2016 una plataforma ciudadana Plataforma Cidadá pola Fusión Alfoz-Valadouro que poco tiempo después cesó en su actividad. A día de hoy ambas municipalidades comparten servicios como la depuración de aguas, punto limpio y escuelas deportivas. Sin embargo, la cuestión por la cuál no se han fusionado es la posibilidad de perder el acceso a subvenciones ligadas al número de habitantes.
Otra posibilidad era la unión Santiago de Compostela-Teo, cuestión que la alcaldesa de Teo, Lucía Calvo, deja clara: “sí a compartir servicios pero no a la fusión, incluso en su momento propusimos extender una de las líneas de buses que unen los dos municipios pero la respuesta negativa del gobierno local de Santiago impidió esta ampliación”.
¿La disparidad ideológica entre municipios puede influir? Puede ser, pero se han dado casos en que dos municipios “fusionables” son gobernados por la misma fuerza política y no se ha dado ese paso decisivo. Ejemplo de ello también han sido Alfoz y O Valadouro, durante tiempo gobernados ambos por el PSOE sin que esto motivara la unificación territorial. Por otra parte, la FEGAMP insiste en que “en los últimos tiempos solo se han producido dos fusiones, y eso que han existido incentivos económicos por parte de la Xunta de Galicia. La realidad sigue mostrando que en Galicia seguimos teniendo un sentimiento propio”.
NO ES UNA PANACEA
Si bien en algunos casos la fusión puede traer consigo una mejoría en la atención ciudadana con un mayor número de funcionarios, si los costes municipales son absorbidos de tal manera que dejan de suponer una carga elevada para los vecinos y vecinas, también es cierto que la ampliación territorial puede suponer una barrera para el desarrollo humano, económico y social de los concellos fusionados.
Como se apuntaba anteriormente, el acceso a subvenciones puede verse dificultado según el padrón de habitantes de la nueva entidad municipal. Y es que más territorio no implica más inyecciones de dinero público. Fusionar dos municipios de amplia extensión y baja densidad poblacional con núcleos de población muy dispersos aumentaría la dificultad de cubrir las necesidades de dichos núcleos. Por otra parte, los ayuntamientos más pequeños (con un número de habitantes bajo) suelen recibir subvenciones específicas para fomentar el desarrollo local y la mejora de infraestructuras. Al fusionarse, podrían perder estas ayudas diseñadas para atender sus particularidades. En el caso de sumar muchos más habitantes, por el contrario, podría acceder a subvenciones más sustanciosas y amplias.
Es esencial garantizar que los nuevos ayuntamientos fusionados no solo mantengan, sino que también amplíen el acceso a fondos que les permitan seguir desarrollando sus comunidades. Esto podría implicar la creación de nuevos programas de subvenciones que reconozcan las particularidades de los municipios fusionados y sus necesidades específicas.
Y aún así, ante los desafíos que representa la fusión, el presidente Rueda ha incidido en ella pero apelando a la “voluntariedad” de la misma. "Lo que queremos es darlo a conocer (el informe sobre fusión) y que se genere debate, desde la tranquilidad fundamental a todo el mundo de que no irá adelante ninguna fusión que no sea voluntaria. Pero hablar de sus ventajas e inconvenientes, que no niego que también los pudiera haber, creo que es lo que tenemos que hacer, no tendría ningún sentido negarse a hablar del tema", declaraba el presidente de la Xunta.
La voz de los vecinos y vecinas también cuenta y en este caso estaríamos, en algunos casos, ante un distanciamiento de la función pública municipal con respecto a las personas. Los pequeños municipios tienen la ventaja de una mayor proximidad de sus servicios frente a la distancia que se puede originar ante una ampliación territorial y la consecuente dificultad de acceso.
Si bien el gobierno gallego ha mostrado más de una vez su interés en poder fusionar ayuntamientos como solución a determinadas cuestiones, la FEGAMP por su parte responde que “la actual presidencia no ha manifestado ningún interés o propuesta de fusión municipal”. Es más, consideran que entre los ayuntamientos gallegos el interés es escaso o nulo. Y a esto se debe añadir la reformulación de las políticas autonómicas destinadas a la atención a los concellos y sus problemáticas, un proceso a largo plazo.
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